sábado, 30 de julio de 2011

Por cuatro duros

Una joven recién independizada decide comprar algunas cosillas de segunda mano en el futucuario de su barrio para reducir gastos. Compra por muy buen precio una nevera recién llegada del 2029 made in Albacete (que por lo visto se convertirá en primer fabricante europeo de neveras en el futuro). El electrodoméstico, mediante un escáner integrado, detecta si el usuario sufre carencia de algún mineral o vitamina y elabora un menú personalizado. Su madre se pondrá contentísima.

Además ha encontrado a precio de ganga un invisibilizador de tabiques, que le va a venir perfecto para abrir algunos caminos de luz natural del salón exterior hasta su dormitorio, que es interior. Para ser del 2032 no le ha salido nada caro y además viene con un sistema tamizador para graduar la luz. Es ideal.



Mientras camina por la pequeña tienda atiborrada de útiles rebosantes de encanto ultramoderno, no entiende como la gente llena su casa con artículos de Ikea pudiendo comprar a precios de risa las antiguallas del futuro.

viernes, 29 de julio de 2011

¿Puedo bajar?

En un momento que he mirado por la ventana del salón (da al patio de recreo de un cole) he visto esto:



¡Jo, qué diver(*)! ¡Clases de verano al aire libre! Y como no me vendría mal un repaso de geografía me han dado ganas de gritar "¿PUEDO BAJAAAAR?" Seguro que me lo paso mejor que en casa pasando apuntes de "notas al pie", "tablas de contenidos", ... un rollazo. Hoy estoy que me distraigo con una mosca, y es que es el último viernes de julio y ya huele a vacaciones (hace sólo una semana que voy a clase, ¡y ya estoy pensando en las vacaciones, ¡jajajaj! Soy una caradura).


______________________________

(*)Los niños deben decir que diver los cojones. Hasta hace unos días tenían puesta una piscina de esas circulares desmontables (aún se ve la marca en el suelo), pero como no hemos tenido un julio muy fantástico, por lo visto la han sustituido por clases de verano. Jajajaj, ¡pobres!) (**)

(**)Esto en el Word vendría a ser una nota al pie.

lunes, 25 de julio de 2011

¡Al coleeeee!

Hoy he empezado un curso de formación a cargo del ayuntamiento. El primer bloque del curso dura un mes y es el de Ofimática: Word, Excel, Access, Power Point y Outlook. Cuando el profesor (la mar de majo, informal pero profesional, y muy bueno explicando. 1ª cosa que he aprendido hoy: definitivamente, me pone más un cerebro poderoso que un físico de infarto). Cuando el profesor, decía, nos ha preguntado uno a uno qué sabíamos de los programas que íbamos a tratar, yo le he comentado que estaba más o menos al corriente con el procesador de textos, nivel básico en hoja de cálculo y tirando a patata en base de datos. 2ª cosa que he aprendido hoy: en realidad no tenía ni puta idea de Word. ¡No sabía que tenía tantas cosas! (En mi defensa diré que el único curso de informática que he hecho en mi vida ha sido con Windows 98. Ha llovido un poco.) Hoy, todo y ser el primer día, he aprendido bastantes cosillas que no sabía.

En un momento durante la explicación de lo que iba a ser el funcionamiento del curso, el profesor nos ha comentado que era el primer año que habían decidido realizar exámenes evaluativos. Mientras alguno de los compañeros ha soltado un "vaya, hombre, ¡qué suerte hemos tenido!" irónico y cosas de ese estilo, yo he pensado para mis adentros "¡bien!". 3ª cosa que he aprendido hoy: soy igual de repelente que Mónica (esto lo entenderán los que hayan sido seguidores de la serie Friends).

Y la 4º cosa que he aprendido hoy: me tenía que tocar a mí la pesada de la clase al lado porque soy así de gafe. No se puede ser maruja cuarentona pesada, ir de lista ("yo sé word, se excel, sé todo, tengo el photoshop en casa, he trabajado para muchas multinacionales, he hecho varios cursos formativos, etc") y luego estar tocándome los cojones cada dos por tres porque no te va el ratón (tienes una imagen seleccionada, gilipollas), no sabes lo que ha dicho el profe (claro, si estás aún intentando enterarte del punto anterior) o me estás contando que te estuviste peleando con no sé qué historia del portátil de tu casa esta mañana. No digo que la mujer no tenga derecho a aprender, todos estamos ahí para eso, pero coño, cállate y escucha. He tenido que soltarle un "mira, es que si estoy por ti no me entero, avisa al profesor si no te sale" porque ya me estaba hinchando los cojones. Y no hay nada que me moleste más que una mosca cojonera cuando estoy intentando concentrarme en algo.


Lo bueno del curso es que es de lunes a viernes y me va a mantener ocupada, entretenida y encima me va a formar. Lo malo del curso es que es de lunes a viernes y como la plasta de mi izquierda me siga tocando la moral se va a comer el teclado.

viernes, 22 de julio de 2011

Surrealismos del día II

2ª entrevista de trabajo para la misma empresa
10:00h.

ENTREVISTADOR: Bueno, has trabajado de vendedora, tienes carné de conducir...
PECOSA: No, no tengo carné de conducir.
ENTREVISTADOR: ¿Como que no?
PECOSA: No tengo, en el currículum no lo pone en ningún lado y lo comenté en la entrevista anterior con el director.
ENTREVISTADOR: Bueno, no importa. Sigamos. Tu trabajo sería tal y tal pascual, y ganarías tanto de comisión de media por cada venta realizada.
PECOSA: De acuerdo, pero me dijeron en la entrevista anterior que había un sueldo mínimo garantizado, ¿de qué cifra estaríamos hablando?
ENTREVISTADOR: Ah, yo eso no lo sé.
PECOSA: ...
ENTREVISTADOR: Yo hago las segundas entrevistas que son las definitivas, pero lo del salario te lo tendrían que haber dicho en la anterior. Yo eso no lo llevo.
PECOSA: Me dijeron que las condiciones laborales las comentaríamos en esta entrevista. ¿Qué tipo de contrato me harían?
ENTREVISTADOR (se queda pensando un rato): Contrato laboral.
PECOSA: Ya, no va a ser un contrato de arras Ya, pero qué tipo de contrato: indefinido, de duración determinada...
ENTREVISTADOR: Bueno, un período de prueba y luego contrato laboral.
PECOSA: ¬¬


***


Hablando con mi abuela
11:30h.

YAYA: (...) Y entonse se quedó... ¿como se dise eso de cuando te farta agua? ¿Disecada?
PECOSA: Deshi
dratada.
YAYA: Eso.


***


Hablando con mi tía (hija de mi abuela)
16:00h.


TÍA: Porque yo qué quieres que te diga, esa mujer vive sottometida. Y eso no es vida, vamos.
PECOSA: O_o

martes, 19 de julio de 2011

¡Si no lo digo reviento!

Si hay algo para lo que soy increíblemente impaciente es para entregar regalos. Sobretodo si sé que son regalos que van a gustar. Hay veces que lo paso fatal los días previos a Navidades o a algún cumpleaños.


El próximo 19 de agosto es el cumpleaños de Ratman. Es un fanático de la música y cuando para mi cumpleaños me compré el plato de discos, se compró un vinilo de su músico favorito, Pat Metheny. Unos días más tarde me dijo: "Me has jodido la colección de CDs del Pat". Yo pensé "coño, ¿qué he hecho ya?". El tema era muy sencillo: tras haber escuchado el vinilo, el sonido de los CDs le resultaba muy enlatado, muy electrónico para ser jazz. Jajajaj, pobre, lleva coleccionando CDs de este artista desde los trece años, tiene tropecientos, y ahora quiere vinilos... Así que pensé que ya que había sido la impulsora del vinilo en casa y la fiebre se la había contagiado a él, nada mejor que regalarle para su cumpleaños algún disco.



Hace un par se semanas, un sábado noche que teníamos ambos el humor por los suelos, nos abrimos unas cervezas y nos pusimos a ver un concierto que se había bajado de una tal Joni Mitchell (seguro que alguno la conoceréis, yo como soy tan ignorante no tenía ni idea de quién era), concierto en el cual la guitarra era tocada por Pat Metheny, y el bajo por Jaco Pastorius (que personalmente me encanta). Desde el primer momento, la primera canción que sonó se llevó el humor de perros que llevábamos encima y llenó el ambiente de buen rollo.
Aquí dejo el vídeo de dicho concierto y de dicha canción. De turquesa, Joni Mitchell. Con camiseta amarilla (y sin acondicionador en el pelo), Pat Metheny. Y con camiseta roja (y dos polvos) Jaco Pastorius.


Joni Mitchell - In France They Kiss On Main Street on MUZU.


Como me gustó tanto, decidí comprarle ese concierto en vinilo. Fui a Discos Revolver, mi tienda favorita de vinilos en la calle Tallers, y me dijeron que lo habían tenido, pero que al ser de segunda mano no sabrían cuando podrían volver a tenerlo. Así que en un intento desesperado de conseguirlo, me metí a indagar por internet y acabé comprándolo en ebay. No había comprado jamás nada mediante esta página, y no tenía mucha idea de como iba el tema, pero lo máximo que iba a perder eran 20€ por un doble vinilo de segunda mano enviado desde Alemania, así que me arriesgué.

Y, por fin, esta mañana ha llegado el paquete. Las cubiertas están algo desgastadas, pero los discos están prácticamente nuevos, y el sonido, que al fin y al cabo es lo importante, es alucinante. Así que la compra ha sido un éxito total.

Ahora sólo falta envolverlo. Y guardarlo en el armario durante un mes.
Joder, un mes... ¿No se lo puedo dar ya?

domingo, 17 de julio de 2011

No siempre sucede así, pero a veces pasa

Las dos de la tarde de un domingo es más una hora para meterse un pollo al ast, o un plato de macarrones de esos que lo curan todo, pero claro, como me acabo de levantar tendré que desayunar primero, digo yo. Así que aquí estoy, comiéndome la taza de cereales a las dos de la tarde.


Porque a veces pasa que una sucesión de días tontos se solucionan saliendo y volviendo a casa cuando el quiosco del barrio está en pleno apogeo.
No siempre sucede así, pero a veces pasa.
Que la noche anterior tus amigos dicen "vamos a salir, ¿te vienes?" y primero dices que no, pero luego te lo piensas y rectificas: "mira, oye, a tomar por culo", y te vas. Pero la noche empieza rara: uno de los amigos se retira antes de lo esperado, el local guay no está muy acertado con la música, y todo y las ganas de salir uno siente como que no arranca.


Y a veces pasa (no siempre sucede así, pero a veces pasa) que llegada esa franja horaria decisiva en la que uno empieza a pensar en retirarse, la amiga va a por un chupito del digestivo de moda al que todo el mundo cambia el nombre (que me expliquen por qué se ha puesto de moda algo tan asqueroso y pegajoso - ríete tú del super glue), y la música sufre un cambio repentino, y llegan las presentaciones (Pepito, Menganita. Menganita, Pepito); y como que todo revive un poco. Y cuando el local cierra, acabas en la calle con Pepito, Menganita y otros itos y itas decidiendo que te vas a desayunar mientras le pides a tu amiga que te haga un moonwalker (también conocido como eso que hacía el Maiqueljacson con los pies).


Porque a veces pasa, no siempre sucede así, pero a veces pasa, que cuando uno va hacia casa después de una larga noche dice "hostia, como casca el sol". Pero es que claro, son las diez de la mañana ("¡¡madre mía!! ¿¿pero estamos locos o qué??").




Ay, qué bien que se haya nublado y no haga tanta calor, porque creo que me voy a echar una siesta en el sofá antes de comer.

viernes, 15 de julio de 2011

Liberando toxinas

Una vez le dije a una psicóloga que odiaba las palomas de Barcelona, y me contestó que odiar era una palabra muy fuerte, que era mejor decir "no me gustan".

Bien. Hoy he leído algo en un artículo que hace referencia al éxito de la derecha en la primera vuelta electoral de la ciudad de Buenos Aires. "Hay que odiar. Hay que odiar a todos los que frustraron el país, lo entregaron, provocaron miseria y represión. Yo, todas las mañanas, me doy un baño, me tomo una taza de café caliente y después me siento en mi sillón y odio..."




El otro día quedé para tomar un café con mis ex-compañeras de trabajo (lo bueno de que todo dios esté en el paro es que tienes gente que pueda quedar contigo un martes por la mañana) y paramos en una cafetería que hay junto a la cadena Ser. Al rato salió una cámara que empezó a filmar una de las mesas de la terraza, a unos metros de la nuestra. No veíamos quién era, así que seguimos con lo nuestro. Al cabo de los minutos, Xavier Trias (el nuevo alcalde de Barcelona, el que se va a cargar la ciudad) pasaba por delante nuestro en dirección a la emisora de radio, donde seguramente lo iban a entrevistar. Se había estado tomando su cafelito en la terraza del Bracafé, supongo que para que la gente viera lo llano que era, lo cercano que era (no olvidemos que es "el alcalde de las personas", el cartel electoral con el chico hippy lo decía todo). Para no perder la costumbre en los últimos tiempos, me hirvió la sangre.

Ratman me dice a menudo: "Lo que tienen las crisis es que se aprende sobre muchas cosas. Se aprende sobre leyes, sobre economía, sobre política... y sobre uno mismo. Cuando te tocan la economía te lo tocan todo. Date cuenta, España era una mentira".



Así que, volviendo a lo de odiar, he decidido que voy a odiar un poco. Odiar a los que mandan y a los tontos que nos hemos dejado mandar sin rechistar, ya sea tanto a nivel colectivo como individual, tanto a nivel de Estado como de Empresa (Empresa con mayúscula porque lo que tiene poder, por muy empresa de mierda que sea, se debe escribir con mayúscula). Y odiarme un poco a mí en particular, por haber sido cobarde, o pasota, no sé, y no reclamar lo que era lícito. A día de hoy me habría dado una tranquilidad que no tengo, que no merezco sin duda.




Entre que he empezado a nadar y caminar todos los días (gracias, varices) y esto de odiar mogollón, voy a liberar toxinas que te cagas.

lunes, 11 de julio de 2011

Por si con las pecas no fuera suficiente, súmale lunares y verrugas

El otro día Ratman me dijo que me había visto un lunar nuevo. A mí me sonaba que ese lunar era una peca de toda la vida que habría crecido, pero como a veces me invento las cosas y además no me paro demasiado a mirarme el culo (bueno, sí; pero miro más la forma que el contenido), decidí que lo mejor era ir al dermatólogo a que le echara un ojo a ése y a otro que tengo en la espalda al que le da el solano cuando voy la playa (como ves, Exor, tu entrada me ha calao).
Pero en realidad el lunar ha sido la excusa perfecta para ir de una vez a mirarme esa especie de callo o ampollita rara que me había salido en el dedo índice de la mano derecha hace la tira de tiempo.


Hoy por fin acudo a la dermatóloga y tras entrar en su consulta, mirarme los lunares y decirme que vuelva tras el verano para echarles otra ojeada, me mira el dedo. Esto es lo que ve:

(Si se amplía la foto se puede ver la huella dactilar doblemente perjudicada -¡ays, pobre!- por dos bultitos, uno más grande en el centro de la yema y otro más pequeñito junto al mayor)


- Son verrugas - me dice la dermatóloga.
- ¿Ah, sí? - le contesto, aunque el "ah sí" pretende un "¿y ahora qué?"
- Generalmente se van solas...
- (¡bien!)
- ...pero lo ideal es quemarlas con nitrógeno líquido.
- (¿eso no es la cosa esa que puede matar a Superman?)
- Si quieres te puedo dar el nombre de un líquido para que te lo apliques tú en casa, o si prefieres puedo quemártelas ahora.
- Ah... - me cambia la cara y la mujer lo percibe - ...pues si eso déme el nombre y ya me lo hago yo en casa, que como viene verano y tal... - faltan tres semanas para que la doctora se vaya en agosto, pero da igual.
- Mejor te las quemo yo ahora y sigues tú en casa con el líquido.


He aceptado porque se veía buena mujer, y porque tengo una fe ciega en los médicos (cuando hablo de fe ciega lo digo en el sentido más literal: si me hacen un análisis de sangre, no miro; si me ponen una vacuna, no miro; si me queman verrugas, no miro; si me trajinean el ojo miro, pero sólo porque es difícil no mirar cuando te están sujetando el párpado para que lo mantengas abierto). Pero por mucha fe ciega que uno tenga en los médicos, a los que admiro y respeto, no mola nada ver como la doctora agarra un soplete (¡un soplete como el de los soldadores!) que tenía junto al teclado del ordenador (¡¿por qué yo no lo había visto?!) y me dice "esto te va a molestar un poco". Hostiaputa, que jiñe. Yo tenía entendido que las verrugas se quemaban con unas barritas de nitrato de plata o no sé qué chorrada, no con sopletes. El caso es que mientras yo miraba al infinito y respiraba hondo (ni que me estuvieran sacando un riñón) la doctora ha empezado a meterle caña. Primero ha sido una sensación agradable, se notaba como un fresquito parecido a cuando uno se echa espray de ese de futbolistas para los calambres. Pero luego no veas si ardía, la mierda esa. Me temblaba el dedito y todo.



Cuando he salido de la consulta con el dedo chamuscado me he encontrado con la mani que se hacía en contra del cierre del Hospital Dos de Maig (sí, genial), que en ese momento se encontraba cortando Travessera de les Corts. Así que me he quedado un rato allí para mostrar mi apoyo. Y porque hay cosas que aún me cuesta creerlas.

sábado, 9 de julio de 2011

Jornada completa

La mujer que siempre tenía sueño se fue a la oficina del paro.

- ¿Qué tipo de trabajo está buscando? - le preguntó la funcionaria, mientras introducía sus datos en el ordenador.
- De extra en los sueños, jornada completa.




jueves, 7 de julio de 2011

Mediterráneamente

Si alguna vez me voy lejos de ti, prometo llevarme un poco de tu esencia en una botella con un tapón de corcho, para tenerte cerca siempre.


Si la vida me lleva a otro lugar donde no estés, prometo no olvidarme de tu olor, de tu sabor, de tu tacto, de lo que me encanta mirarte y de como me relajas cuando me susurras.


Si llego a vieja, prometo recordar lo conectada que me he sentido a ti siempre, desde bien pequeña, año tras año. Incluso cuando tenías tus días más revoltosos sentía que eras incapaz de hacerme daño, aunque me hayas dado más de un revolcón.




Prometo no sustituirte por ningún otro. Jamás. Porque no hay ninguno como tú.

sábado, 2 de julio de 2011

DesConcierto de Aranjuez (post estupendamente rebautizado por Tomi)

Todas las mañanas coincidíamos a la misma hora. Los comercios donde trabajábamos estaban apenas separados por unos metros y entre ellos había una cafetería donde él tomaba su café casi cada día antes de entrar a trabajar.
Todas mis compañeras eran chicas, y él era un chico muy guapo, muy atractivo, y eso da para muchas conversaciones entre chicas veinteañeras. Cada mañana, mientras las chicas esperábamos a que llegara nuestro jefe y abriera la tienda, estábamos atentas a la cafetería, para ver cuando salía.

Puesto que mis jefes tenían dos tiendas una muy cerca de la otra, a veces nos mandaban llevar algún artículo de una a la otra, con lo cual se pasaba sí o sí por delante de la tienda del adonis. Todo y que nos habíamos cruzado otras veces, fue en uno de esos trayectos de una tienda a la otra cuando nos cruzamos casualmente y me dijo su primer 'hola'. Recuerdo que llegué a la tienda hecha un manojo de nervios. Cuando se lo conté a mi encargada dio un grito de histeria (mi encargada era una maravilla, una de las mejores personas que he conocido, para nada autoritaria, muy simpática y muy querida por todas) y me dijo que lo tenía en el bote, que no hablaba nunca con ninguna chica. Yo no entendía qué interés podía tener él en mí, así que no le di más importancia.
A los pocos días, una de esas mañanas que esperábamos frente nuestras respectivas tiendas, se dirigió a mí y me invitó a tomar un café algún día.

En nuestra primera cita me llevó al Mirablau, un bar-restaurante situado en el Tibidabo desde el cual se divisa prácticamente toda Barcelona. Yo no me podía creer ni donde estaba ni con quien estaba. Él percibía lo nerviosa que me ponía y hablaba mucho, me contaba mil cosas y me trataba de lujo, lo cual a mí me tenía encantada.

No recuerdo si fue en nuestra segunda cita (no hubo muchas más) cuando me llevó a aquel piano bar junto al puerto de alguna localidad que ahora no ubico. El bar constaba de una zona de barra y mesas que rodeaban un elegantísimo piano de cola, y otra zona al fondo que se subdividía en una serie de mesas privadas separadas por unos biombos o tabiquitos y con cómodos sofás en lugar de sillas. Sin duda alguna fuimos a parar ahí. Con la música del piano de fondo y tras pedir nuestras copas e iniciar la charla, se levantó y me dijo que volvía enseguida. Pasados unos segundos regresó, se sentó a mi lado y la música paró. Fue entonces cuando me dijo que la canción que iba sonar a continuación la había pedido para mí. Y en ese momento, empezó a sonar el Concierto de Aranjuez a piano. La noche acababa de empezar.


Al poco tiempo de aquella noche perfecta no volví a saber nada más de él. Entonces no entendía nada, pero con los años se ha hecho todo muy evidente: yo era una jovencita inexperta y él podía tener a quien quisiera.



Pero todo y que en aquella época de enamoramientos fugaces me entristeció el modo en que acabaron las cosas, a día de hoy no le conservo rencor alguno. Todo lo contrario, guardo con especial ternura el recuerdo de aquellas citas que me hicieron sentir en una película, algo que con aquella edad todas soñamos.
Por eso desde entonces cada vez que escucho el Concierto de Aranjuez, como ahora, no puedo evitar sonreír y volver a mis veinte años, a aquel piano bar y a una de las noches más especiales de mi vida.

viernes, 1 de julio de 2011

Cita sin cafeína

'Basta que te vayas de vacaciones o sea tu cumpleaños para que te venga, La Regla es una señora que tiene poderes sobre las cosas, y es muy hija de puta. Dios no existe, pero La Regla sí.'