jueves, 30 de octubre de 2008
Más defectos de fábrica
...
Una tara nueva que añadir a las ochenta más que tengo repartidas por el cuerpo. Mira qué gracia.
Desde luego, vaya polvo de caca se echaron conmigo.
Pues sí que estamos buenas...
Pecosa: - Buenos días...
Hermana : - Buenos días...
Pecosa: - ¿Qué tal ayer con el maromo? - mi hermana tiene nuevo ligue.
Hermana: - Bien... Ahora se va unos dos meses... Qué palo... ¡Ayer me eché a llorar...!
Pecosa: -¿Tú también? Vaya dos... ¿Por?
Hermana: - Se pasó por el local, entró y, sin decirme nada, me dio una bolsa de chuches, me guiñó un ojo y se fue. Me puse a llorar como una tonta.
Pecosa: -¡Qué majo...!
Hermana: - Sí, tía... Y a ti, ¿que te pasó?
Pecosa: - Tenía el día sensible, hacía frío, estaba sola y me eché a llorar.
Hermana: - Joder, estamos fatal...
Pecosa: - Ya te digo.
Hoy por la noche, al llegar del trabajo:
Pecosa: - Eo, ¿qué tal el día?
Hermana: -Uff... Tengo un dolor de cabeza...
Pecosa: - Pues ya somos dos... ¿Que te pasa?
Hermana: - Que se me junta todo: creo que la estoy pillando, y en el trabajo no he parado, y el R---- se va... ¿Y a ti que te pasa?
Pecosa: - Pues hasta los cojones. Llevan literalmente todo el día comiéndome la cabeza en el trabajo -las cosas no van bien y se respira tensión-: por la mañana, la encargada; a mediodía, comida con las compañeras; por la tarde, más debate con la compi de la tienda... Que presión, me ahogan, te lo juro... Ahora mismo no sirvo para nada.
Hermana: - Ni yo...
(SILENCIO DURANTE UNOS SEGUNDOS. CADA UNA, PENSANDO EN LO SUYO)
Hermana: - ... He comprado pizza.
Pecosa: - Genial, estaba pensando justo lo mismo.
A veces me sorprendo de lo que nos podemos llegar a parecer mi hermana y yo, siendo lo diferentes que somos.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Invierno
...pues sí... diez grados menos de ayer a hoy se notan...
... pues sí... hoy ya me he puesto el abrigo...
...
...pues sí...
...pues me vendría muy bien tenerte aquí al lado ahora, que siempre estás tan calentito...
...pero, claro, no estás.
Esto empieza a ser una mierda.
Voy a por mi bolsa de agua caliente.
martes, 28 de octubre de 2008
Mi casa: vida y milagros (Episodio 1)
Se trata de una Panasonic Quintrix TX-21AP1F, que dicho así parece que esté hablando de un pepinazo, pero no: mi querida compañera (ha superado exitosamente todas mis mudanzas, y no se me ha estropeado ni una sola vez) tiene ya sus nueve añitos y funciona de maravilla; así que no tiene nada que envidiarle a las pantallas planas ultramodernas que andan por ahí. Como ella suele decir: "culona, pero honrada".
Y así pues, con ella y los demás bártulos (que hace cuatro años se reducían a maletas con ropa, un candelabro de pie, un DVD sin surround, una manta y mi cámara de fotos), me mudé a este piso que, por suerte, estaba semi-amueblado.
El primer mes en el piso fue... Excesivamente ajetreado. Ya de por sí, una mudanza lo es, y se une la emoción del cambio con el cansancio que supone acondicionarse. Pues, muy "emocionante" fue también la noche que subió el vecino de abajo a decirnos que le estaba cayendo agua de nuestro baño. Claro que le caía agua, como que nos había reventado una tubería. Lo cual supuso llamar al propietario de la finca, que nos mandó a un operario que nos cambió toda la instalación de agua. Pero claro, hasta entonces, gastando agua de garrafa por un tubo, que calentábamos en ollas al fuego para así poder ducharnos; y usando cazos, como antiguamente.
Bueeeeeeeno, cosas que paaaasan.... Sí, sí, ¡y una leche! En cuestión de días, reventó el calentador. Tal cual. Vuelvo a llamar a las fincas, ya un poco mosca. Por supuesto, nos pusieron un calentador nuevo. Entre tanto, como teníamos agua pero no caldera para calentarla, vueeeeeeelta a calentar el agua al fuego.
Vale: peta el agua, peta la caldera... Y como no hay dos sin tres, petó la única cosa que faltaba por petar: la luz. Un día, así de sopetón, ¡plas! se nos apaga todo. Me fijo en si han saltado los plomos, pero no: está todo para arriba. Extrañadas, vamos al pasillo de la planta y vemos que hay luz. Picamos a los vecinos, y nos dicen que tienen luz... Qué raro... Llamamos a Endesa por si hay alguna avería (¡¿sólo en nuestro piso?!). Impago. Nuestro no, claro, nos acabábamos de mudar. De los inquilinos anteriores, por lo visto, que se fueron dejando una factura pendiente. Chúpate esa. Ooooootra vez llama a las fincas, espera a que lo solucionen (a todo esto, la nevera y el congelador soltando agua a punta pala, claro)...
Os podéis imaginar como estábamos las dos después de todo eso: yo ya no sabía si hacer la maleta y desaparecer de ese piso maldito, todo y perder la fianza... Por suerte, la racha paró ahí... De momento...
Homenaje hogareño
Desde que me independicé, no he durado más de un año en ninguno de los... (uno... dos... emmm... tres...) cinco pisos en los que he vivido. Cosas de la vida. Por eso casi no me creo que lleve ya cuatro años en éste. Un piso que no es especialmente especial, pero que es especialísimo. Un piso en el que he pasado de todo, en el que me ha pasado de todo, que ha soportado mis histerias de cambio de lugar y aspecto del mobiliario durante años, hasta dar con la fórmula que he conservado hasta hoy. Y todo con estas manitas. Un piso que, pese a haber sido siempre compartido, ha sido MI CASA, por primera vez en mi vida.
Por eso, creo más que justificado y merecido un homenaje a mi casa, ya que es posible que el próximo año tenga que dejarlo...
Palabras que hablan por sí solas
Frágil: ésta es una palabra que no sé exactamente porqué; pero me da la sensación de que, con sólo nombrarla, vaya a romperse.
Ahora que digo hipnótica, pensaba en tarántula, espátula, caléndula... Son medio sedantes, éstas también...
Y, dada la fantástica argumentación de mi amigo respecto a la maravillosidad de la palabra MURCIÉLAGO, la adopto como palabra favorita de entre mis favoritas. Cerrad los ojos y, sin más sonido a vuestro alrededor que vuestra voz, pronunciad la palabra
M-U-R-C-I-É-L-A-G-O, lentamente y marcando bien todas las letras: vocales y consonantes. Os sentiréis, durante unos segundos, la persona más poderosa del mundo, ya que esta palabra lo tiene prácticamente todo.
Vergonzoso
Aquí solemos decir: Los niños nacen con un pan bajo el brazo. En EEUU les quitan el pan, y les dan un rifle.
lunes, 27 de octubre de 2008
Qué cosas de soñar...
Mi hermana me contaba esta mañana que ella había soñado que me iba a Operación Triunfo a cantar. Sin casting ni nada, que yo le decía: "¿Te vienes a verme cantar al plató? Me voy al programa a ver si me cogen". Claro, tiene mucho sentido: irme a un concurso de canto, vía directa, a triunfar en la vida, con lo que yo soy cantando (si mi ducha hablara...). Totalmente verosímil.
...
Madre mía, vaya dos...
domingo, 26 de octubre de 2008
¡60 minutos de regalo!
En mi caso, inicialmente iba a salir con Ratman por Barcelona de tapeo y a tomar unas cañitas; pero decidimos quedarnos en casa (ya que mi hermana pasaba la noche fuera y teníamos el piso para nosotros, que ya tocaba). Pillamos unas pizzas y unas empanadas en una pizzería argentina que hay cerca de casa, compramos una Coca-Cola para él y un vinito para mi y cenamos viendo el Barça. Tras dos copas de vino comprado en el paqui y dos caliqueños, ya ni me acordaba del cambio de hora ni de nada.
Hoy me he levantado a las once y media, pero ha sido al encender el ordenador que me he dado cuenta de la hora real: una hora menos. Cosa que ha modificado mi mañana notablemente:
- He caído en que hoy daban la última carrera del mundial de motociclismo, el GP de Cheste. Así que he puesto la tele par ver la carrera de 125c.c., que casi nunca veo por estar durmiendo como una mona. Claro, como es una hora menos...
- Me he preparado una cafetera (uno de los olores más ricos de este mundo es el del café recién hecho) y he desayunado tostadas con ajo y paté (mmmmm!!) que hacía siglos que no lo hacía. Claro, como es una hora menos...
- Emmmmmm...
Bueno, básicamente ha sido eso: que he visto 125 y que he desayunado. No es gran cosa así a simple vista, pero teniendo en cuenta que no lo hago nunca... Pues hombre, se agradece. Que yo no sé si ahorrar energía se ahorra con esto del cambo de hora, pero a mi me ha venido de perlas esta horita de más.
jueves, 23 de octubre de 2008
En pleno siglo XXI
Tanto "en el 2000 esto, en el 2000 lo otro" y ya estamos en el 2008 (casi 2009) y seguimos usando cosas como:
- El paraguas: ¿existe cosa más inúltil? Es decir: si llueve poco, da más por saco el tener que cargar con él que, para lo poco que cae, mojarse. Si llueve y hace viento, el viento te lleva la lluvia a la cara y, encima, la ventisca te jode el paraguas. Y si llueve mucho, te mojas de cintura para abajo y encima te van cayendo en los hombros los gotarrones que bajan del paraguas a chorro. En los tres casos te acabas mojando sí o sí. Así que lo dicho: una gilipollez.
- Las cartillas del banco: abres una cuenta y ¡pam! lo primero que te dan es la libreta. ¡Toma libretón! Una sábana, es eso. Y, digo yo, ¿alguien lo usa eso? ¿Alguien se acuerda de llevarla actualizada? Que a más de uno nos pasa el llevarla de vez en cuando (o sea, cada 6 meses) a ponerla al día y tal y como la expulsa el cajero (que queda exhausto) tener que entrar a la oficina a que nos den una nueva, ya que se ha agotado del tirón. Cartillas, ya ves tú.
- Los faxes: una vez a un cliente (antes de tener el ordenador en la tienda, hace un año o así) le dije: "-Si quiere le paso el presupuesto por fax...". Me miró y me dijo, sorprendido: "-¡¿Por fax?!". Y con toda la razón, el hombre. Por fax. En un comercio de ese calibre. Me sentí neandertal total.
- Las fundas nórdicas: ¿me pasa sólo a mí o meter el nórdico en su funda es lo peor del mundo? Acabo hecha polvo, oye. Primero, despliega el nórdico, y despliega la funda. Vale: buscas la puntita derecha del nórdico y la correpondiente de la funda y metes el nórdico dentro la funda hasta unir punta con punta. Luego igual con la otra punta, pero con cuidado de que la que ya tienes no se te descontrole. Luego alinearlo y hacer que la funda cubra toda la largura del nórdico (cosa que yo consigo echándome el nórdico por encima de la cabeza de manera que me cubra por delante y por detrás, y salto para que la funda caiga por su propio peso hasta cubrir la totalidad del nórdico). Lo vuelvo a echar a la cama y la hago. Y acabo hecha mierda, claro. Pues eso digo: que no es posible que en pleno siglo XXI nadie invente algo más cómodo y sencillo que toda esta parafernalia.
Uff, y tengo más cosas... Tengo más cosas, pero ahora no me vienen a la cabeza... Cosas de esas que uno piensa: "No es posible. No es posible que sigamos así... en pleno siglo XXI". Ya me vendrán, ya, que hay un montón.
En cambio hay cosas que me gusta que no hayan caído del todo en desuso:
- Las bolsas de agua caliente
- Las cafeteras de toda la vida

- Las cazuelas de barro
- Los candelabros y las velas
- Las colchonetas de playa
- Los calendarios de sobremesa
¡Ay...! ¡Qué no falten nunca esas cositas...!
¡Cagoen...!
¡JODER!
miércoles, 22 de octubre de 2008
Chupetes
El caso es que, lo quiera una o no, empiezan a venir a la mente pensamientos. Claro, una está rodeada, y sin escapatoria, y sólo ve bebés. Es como una secta: te van lavando el coco hasta que eres uno de ellos.
Iba el lunes hacia el trabajo caminando y empecé a pensar, como quién no quiere la cosa, en bebés (por lo que digo, que me han lavado el seso). "-Claro, es que, realmente, estoy más cerca de los 28 que de los 27, como quién dice... Bueno, si de cara al año que viene, me voy a vivir con Ratman, bueno, pues unos añitos solos los dos para disfrutarnos... Pero, claro, tampoco pueden ser muchos, porque si quiero (y puedo, por supuesto) tener dos, pues preferiria tener dos... Y no voy a esperar a los 40, claro...". Todo esto, lo pensaba tranquila, sin agobios, mientras caminaba. En esto que por el rabillo del ojo veo que estoy a punto de pisar algo del suelo; y, temiendo lo peor, esquivo eso que había en el suelo. Cuando lo vi, me lo quedé mirando durante unos segundos. No entendía nada. Era un chupete.
"-¡Eso es una señal, mujer!", me dice la compañera del trabajo cuando se lo cuento. "-¡Los cojones!", le digo yo.
Por la noche, después de la clase de flamenco a la que voy con mi amiga, nos vamos a cenar. Le cuento mi anécdota y veo que se le dibuja una sonrisilla picarona. Me la quedo mirando: "-¿Qué?", le pregunto. Busca en su bolso, deja algo sobre la mesa y me lo acerca, arrastrándolo con su dedo índice. Me lo miro, incrédula. Un chupete. Mi cara debía ser un poema. "-¿Qué es eso?", pregunté con tono de me tomas el pelo. Me contó que no sé quién le había dado un par o tres, por si los quería de llavero (??), y pensó en darme uno a mi.
Mi madre dice que se me ha despertado el instinto maternal.
...
Creo que me estoy volviendo loca. Y Ratman ya me mira raro. "-Últimamente hablas mucho de bebés...". Pobre. Los tiene por corbata.
¿Querer es poder?
Por ejemplo: fumo poco (unos tres o cuatro cigarrillos al día). Me parece una tontería considerarme fumadora por lo poco que fumo. Pero está claro que lo soy. Más de una vez me he dicho: "pues para eso, lo dejo y punto". Y la neura me dura un día, porqué claro: "es que el café o la cervecita sin un cigarro, no se puede". Y ya estamos otra vez.
Otro ejemplo: no soy muy golosa, pero hay algo que me pierde: los cruasanes de jamón y queso o los de sobrasada. Me chiflan. Pues caen más de uno a la semana. Y por lo general como bien, de todo un poco, y no soy de comer chocolates, ni golosinas en exceso. Pero eso... Es que paso por delante de una panadería y pienso: "voy a mirar así en plan rápido: si veo algun cruasan (o napolitana) de jamón y queso, entro y lo compro, sinó no". Y miro, pero desde fuera, sin entrar, para ponérmelo más difícil. Bueno, eso los días de cada día; porqué los lunes por la mañana es obligado comprarme uno. Ahí sí. De rigor.
Con el ejercicio físico, igual. Dos veces en mi vida que me he apuntado a un gimnasio, dos veces que he ido dos días y pagado los cinco meses siguientes sin asomar ni el cogote. Venga, que parece que nos sobran los duros. Pues hasta que me dijeron que tenía una doble escoliosis. Ahora, por narices, a hacer ejercicios posturales y de refuerzo. Y ahí sí que va, la chica; porqué sabe que está para tirarla a la basura, y eso le ayuda. Y es que el acojonamiento va muy bien para ser responsables y hacer lo que uno debe (ya que si no lo hace, se va todo al garete).
Pues así funcionan las cosas conmigo: "Nooooooooooo, no pasa nada si me como ocho cruasanes de jamón y queso a la semana", "Noooooooooooooo, no pasa nada si me fumo unos cigarritos al día, solo fumo más cuando quedo con la gente y tal...", "Noooooooooooo, no pasa nada si me siento con las piernas cruzadas...". Ya verás: colesterol, problemas respiratorios y una escoliosis triple en lugar de doble. Ja.
Hala, pero yo voy a seguir haciendo el burro.
jueves, 16 de octubre de 2008
Mi papá me mima...
Así, con ajito y perejil, simplemente. Que simple muchas veces es sinónimo de óptimo. Y a la parrilla.
Nada, para que os hagáis una idea:
La tortillita, de propina.
Pues hala, que os voy a ir dejando, ¿eh?
miércoles, 15 de octubre de 2008
Genial. Fantástico.
Ahora estoy enganchada a Dexter.
Qué pasa, pues. Pues pasa que, hasta hace pocos minutos, estaba con el corazón en la mano viendo el último episodio de la primera temporada. Los veo directamente de una página de series online. Faltaban exactamente 6 minutos para que terminara. En esto que se pone la pantalla en blanco, y un mensaje dice que he pasado el límite de 61 minutos de visualización. Ja. Y debo esperar dos horas para poder seguir viendo. Ja, ja.
Es buenísimo, el tema. Porque, claro, llevo usando esta página meses; y oye, nunca me había salido esto. Qué divertido ha sido, en serio, que la primera vez que me salga este mensaje sea precisamente al final de un capítulo de final de temporada de una serie que es la ostia.
Muy divertido.
Barcelona... posa't guapa?
- La Fachada de la Pasión de la Sagrada Familia, obra y creación de Subirachs, me parece una falta de respeto a Gaudí.
- La Torre Agbar (supositorio de día / supositorio luminoso de noche) es un insulto a Barcelona: es mujer y le han puesto pene. Y encima feo de cojones, nunca mejor dicho. Pobrecita.
- La Plaza de Las Arenas va a ser un centro comercial, como si en esta ciudad (no tan grande) no hubiera ya suficientes: Glòries, l'Illa, La Maquinista, Pedralbes Centre, Maremàgnum, Gran Via... Pues hala, uno más para el bote. Porqué claro, convertir una plaza de toros en un centro cultural (para lavarle un poco la imagen al lugar y darle una utilidad en la que la gente pueda ser creativa y usar el cerebro sin torturar ni matar, ya que estamos) era una tontería. Pa' que. Un centro comercial, para que consumamos, que eso mola más. Y vamos a liarla bien gorda para la reforma, y a dejarnos una pasta. Ea.
- Escuché hace tiempo que se van a cargar el suelo de Las Ramblas, que recuerdo desde que tengo uso de razón, porqué lleva ahí tropecientos años; para darle una imagen nueva a Las Ramblas de Barcelona. No le hace falta ningún cambio de imagen, la rambla está bien como está. Si se les cambia el suelo, parte del encanto del bonito paseo se va a ir a tomar viento fresco.
Y como éstas, varios detalles más: cada vez hay más parques con cemento o goma en el suelo, en lugar de césped y zonas verdes, apenas quedan calles adoquinadas (cosa que en otras ciudades he visto a puñados), los edificios cada vez són más sosos, sin balconeras, sin decoración en las fachadas...
Sé que todo avanza, y que las ciudades se modernizan, y la tecnología... No quito mérito a nada de eso, pero hay cosas... Hay cosas que no pueden tocarse... Barcelona es una reliquia, una ciudad que tiene un encanto especial... Qué huele a historia, a arte; que acoje...
El eslógan en los andamios y fachadas en reformas decía: Barcelona, posa't guapa!. Posa't guapa? Si la ciudad hablara...
domingo, 12 de octubre de 2008
Y al séptimo día, Dios descansó...
Y alguna más que no recuerdo...
Emmm... Ah, hoy es 12 de Octubre. Pero como es domingo, casi ni se aprecia que hoy es festivo. De hecho, me acabo de acordar ahora.
Y... No sé qué más... Es que sólo hago que pensar en comida, me muero de hambre. Aunque creo que más bien es gula. En cualquier caso, creo que voy a meter el hocico en la nevera, a ver que hay.
(Son las nueve y media de la noche, no sé porqué me pone que me emparré a las 10 y pico de la mañana...)
sábado, 11 de octubre de 2008
Iluminada
Pecosa: -¡Hola!
Hermana: (sobresaltándose) - ¡Tía, que susto!
[salto conversación, ya sabéis, chorradas de hermanas]
Pecosa: -...sí, bueno, mañana por la mañana te veo? ¿A qué hora te levantas?
Hermana: - Ufff, a las nueve, tía, para ir a la charla esa...
(Mi hermana se ha apuntado mañana por la mañana a unas charlas y talleres...)
Pecosa: -¡Ah, sí! ¿Como es que se llamaba eso?
Hermana: -"Mujeres de luz" - dice, aguantándose la risa
Pecosa: -¡Jajaajajajajjaja!
Hermana: -Ya... Es que no me tendría que haber apuntado a la secta esta...
Pecosa: - ¡JAAAAAAAJAJAJAJJAJAJAJ!
Hermana: -¡jajajjajajajajajaj!... Bueno... Me levantaré a las nueve...
Pecosa: - Vale, nos vemos mañana pues.
Hermana: -¡Ay! Que nos olvidamos de apagar la luz del pasillo.
Pecosa: -¡Apaga la luz, "mujer de luz"!
Hermana: -¡Jaaaaaaaajajajajaj!
Pecosa: - ¡Jajajajjajajajaj!
Hermana: - ¡Buenas noches!
Pecosa: - ¡Buenas noches!
A ver qué me cuenta mañana.
viernes, 10 de octubre de 2008
Repsol
¡Píííííííííp!
Pecosa: (descolgando el interfono) - ¿Sí?
Butanero: - ¡Butano!
Mientras sube, cojo el dinero y espero tras la puerta de mi piso hasta que oigo el ascensor que llega a mi planta. Ahí sí, abro y asomo el cogote para que me vea. Va con una carretilla y las dos bombonas.
Pecosa: -Aquí en la entrada mismo.
El butanero descarga las bombonas en mi recibidor, y carga en su carretilla las dos vacías.
Entrego al butanero 30€.
Butanero: (mirando on cara de asco los billetes) - ¿Y propina?
Pecosa: -Ahí está la propina.
Butanero: (vuelve a mirar los billetes, por si se reproducen) -¡Más propina!
Pecosa. - A ver, cada bombona vale casi 14€, yo te he dado 2 más: uno por bombona.
Butanero: (frunciendo el ceño) - 2€ poca propina, ¡más propina!
Pecosa. - No tengo más para darte.
Butanero: - ¡Si no más propina, yo llevo bombonas!
Pecosa: - Sí, sí, te llevas bombonas, pero las vacías.
Butanero: (haciendo ademán de ir a por las llenas) - ¡Si no propina, yo llevar flafluflaflí...! -cosas que dijo que no entendí...
Pecosa: (poniéndome entre el tío y las bombonas) - ¡Qué no, hombre! Yo las estoy pagando a su precio, si tú cobras poco, habla con tu jefe, ¿no te jode? ¡Te vas a llevar las bombonas porqué no te gusta la propina...!
El butanero se va, previa mirada de fuego y maldición en árabe.
¡Habráse visto! A ver, que me digas que tiene que subir escaleras arriba con eso a cuestas, como en algunos bloques, vale... Pero ¿¿que aparques delante de mi portal, cargues las bombonas en una carretilla y me las subas en ascensor?? ¿¿¿Propina de qué??? ¡¡¡¿Quieres que ponga el culo, también?!!!
Que tiempos aquellos en que los butaneros eran guapos y fuertes, con los que toda ama de casa fantaseaba... Es que ya ni por esas, oye...
¡Colofón!
¡¡¡Voy a por la lejía y el KH7!!! ¡¡¡Uffff!!!
¡Tó pa' mi!
Mmmmmmm... La cuatro quesos, cómo no... Y esos panes que los hacen en forma de churro, espolvoreados con polvo de parmesano, crujientes por fuera y tiernos por dentro; junto con una tarrinita con una salsa de tomate buenísima... Y se comen como los churros con chocolate: moja, moja, ñam, ñam... Ufff... Se me hace la boca agua... Y son los SEIS panes para mí sola...
Voy a ordenar la casa, o a limpiar o algo para no pensar; porque esto es como lo de que si miras una olla de agua al fuego todo el rato nunca hierve: en este caso, si piensas contínuamente en las ganas que tienes de hincarle el diente a la pizza, más tardan en traerla. ¡Escoba y mocho!
Una más
Una pareja a la que veo todos los fines de semana, con los que nos morimos de risa, tomamos unas birras, cenamos, fumamos, charlamos... Y ahora, la próxima vez que nos veamos ya no estaremos solos los cuatro: habrá una más...
Que raro pensar en esto... Ya sé que parece una tontería, pero es que es el embarazo que he vivido más de cerca. Y ahora ya no es embarazo, es bebé. Qué shock...
No quiero ni pensar en cómo debe estar el padre.
jueves, 9 de octubre de 2008
miércoles, 8 de octubre de 2008
Las lesbianas son raras
A decir verdad, creo que hay dos tipos de lesbianas (al menos que yo haya conocido):
- La lesbiana enrollada: suuuuuuuper liberal, con la que puedes hablar de toooooooodo, fiesteeeeeera... en fin.
- La lesbiana rancia.
Bien, es con esta segunda categoría con la que me voy a explayar.
En los últimos meses he tenido como clientas a dos parejas de chicas: una pareja hace un tiempo, y otra pareja más recientemente. Ambas parejas, de similares características, aunque con matices:
- La primera pareja se trata de dos hippies catalanas, con un pisito sencillito pero muy cuco, dónde abunda el color lila. Si bien eran majas, su trato era más bien serio y distante; aunque no dieron ningun problema.
- La segunda pareja viene a ser como la primera, pero más llevada al extremo: desde un primer momento, no capté ni el más mínimo asomo de sonrisa en ninguna de sus bocas. Más bien mostraban una expresión ya no seria, sinó más bien de mala leche. Para hacerles un armario de dos puertas me hicieron hacerles 4 proyectos diferentes (y, creedme: no hay muchas alternativas de distribución interior de un armario con esas dimensiones). Cada proyecto me suponía una hora y media de estar atendiéndolas. Una hora y media, de reloj. Porque claro:
LA UNA: (preguntando con cara de perro) -¿Qué te parece si ponemos un cajón aquí?
LA OTRA: (respondiendo con cara de perro, y tras 20 segundos de silencio) -Bueno, como tú veas...
Tras seis horas en total de atención y proyectos (tres horas corresponden a los silencios pensativos, que es muy difícil pensar cómo quieres distribuir un armario de un metro), aceptan el pedido; aclarando a posteriori que vienen recomendadas por mi jefe y que si les hacía más descuento. Más descuento en una birria de armario por el que, si no estuviéramos en <piiiiip>, ni me hubiera molestado en pelotear para que compren. Porqué es que se me quitaban las ganas.
Hoy han venido. Resulta que quieren hacer una modificación (con la que no os aburriré ahora)que implica desmontar todo el armario para poder hacerla. Lo llevan claro. Ya les he dicho que ni hablar del peluquín, y les he tirado mi alternativa. Las caras de perro han pasado a ser caras de orco, a una le palpitaba la yugular y todo. Pues a comérselo con patatas, es lo que hay. Ahora, el colofón ha sido:
UNA DE LA DOS: -Mira, la verdad es que el otro armario que nos queríamos hacer -que también les presupuesté... 2 horas más a sumar al recuento - se nos dispara un poco -claro, como que les sube 3000€- y en Ikea lo tienen por 900€, así que, claro, posiblemente lo compremos ahí, aunque ya sabemos que no es bien bien lo mismo...
YO: (con cara de "y a mí qué") -Ya, no sois las primeras que me dicen esto.
LA MISMA DE ANTES (porqué la otra casi no habla, pero tiene peor cara de perro que la que habla): -La cuestión es que, si nos compramos el armario allí, ¿vosotros nos lo podéis entapetar?
En mi cabeza: "me estás diciendo en la cara que no vas a comprarme el armario, que te vas a ir a Ikea y que una vez que lo tengas en casa: tengo que ir a medir los huequitos que te queden del armario hasta las paredes y el techo par pedirte unos listoncitos y mandar a un equipo par que te lo deje todo bien entapetadito y cerradito. Eso me estás diciendo. Pues va a ser que no".
En mi boca: -Hombre, no sé... Pero no te preocupes que yo hago la consulta.
Ya he hecho la consulta conmigo misma y he decidido que ni de coña. Hala, mañana las llamo.
No sé que consclusión sacar de todo esto: no sé si es que están malf----das o qué, hablando en plata. Porqué yo he hablado con muchas mujeres del tema y, por muchas maravillas que se puedan hacer con manos, lengua, etc., llega un momento que una necesita lo que necesita. Quizás les compre un consolador, que seguro que no tienen ninguno (claaaaaaaaro, ahí falla la cosa). ¡O uno de esos cinturones con el consolador incluído, que quizás les haga más gracia!
Verdad verdadera
martes, 7 de octubre de 2008
¡¿QUÉ ME PASAAAAAAAA?!
Tengo las hormonas revolucionadas. Ya venía así pero, no sé porqué, des del lunes es como que se me ha disparado.
Hace unas semanas, preguntaba a los hombres en uno de los posts de la parra si pensaban tanto en el sexo como se decía... Bueno, yo siempre he dicho que soy medio hombre; y por lo visto esta semana soy más hombre que nunca: no dejo de pensar en otra cosa. Es enfermizo: estoy trabajando y ¡pam! me viene una imagen, la que sea, subidita de tono. Mientras camino de casa al trabajo (¡pam!) o del trabajo a casa (¡pam!). Si voy en metro, ya ni hablar: miro de cabo a rabo, rollo escáner (pi-pi-pi-pi-pi) a ver que hay. Ayer viendo Dexter (que me la estoy viendo por Internete) pensaba: "Jo, es que el prota sale tremendo en esta serie... En A dos metros bajo tierra, como salía repeinao, no estaba tan guapo...".
¿No era la primavera, la que la sangre altera?
Mi hermana empieza preocuparse: mis duchas duran más de lo normal; sólo como zanahorias, pepinos, chorizos de cantimpalo, longaniza... y de postre plátano... Dice que esa dieta no es buena, pero es que es lo que me pide el cuerpo...
¿Cómo lo hacen los hombres para poder llevar una vida normal? Es que a mí esto de pensar tanto en sexo me colapsa.
viernes, 3 de octubre de 2008
"Tenho una carta escrita, para ti, cara bonita..."
La verdad es que me ha encantado. Estábamos hospedadas en pleno centro, al lado de Restauradores, la plaza Figueira y la Plaza Rossio (que nosotras íbamos diciendo: ¡Rossío! ¡Ay mi Rossío!, como Ortega Cano); y con todo al alcance: transportes, restaurantes, bares de copas...
En estos 4 días no hemos parado:
- El lunes llegamos y nos recorrimos el centro (cenamos pescado con ensalada y arroz en un bar -tipo Bar Pepe, pero con una comida casera muy rica- y probé por primera vez el café solo. Estaba de muerte, no he tomado ni un cortado en toda la semana). Y visitamos el Castillo de San Jorge. (Anécdota del día: aunque el baño de la pensión era comunitario, en la habitación, tras la cortina, había más que la ventana: un lavamanos y un bidet; ambos bajo la ventana de cristal transparente. Sí, fue un poco raro...)
- El martes fuimos a ver la Torre de Belén, el Monumento a los Descubridores y el Monasterio de los Jerónimos (no me voy por las ramas con todo esto para no aburrir, aunque sólo os digo que, concretamente, la Torre y el Monasterio, me parecieron de lo más hermosos por dos razones: la piedra más bien blanca con la que estan construídos y el estilo manuelino, ambas cosas les aportaban elegancia y apariencia de lo más delicada). (Anécdota del día: por la noche fuimos a cenar a un italiano -que ya necesitábamos variar de pescado y fritanga- y conocimos a un simpático camarero calabrés que, a la mañana siguiente, al pasar por delante del restaurante, nos invitó a sendos cafés italianos...)
- El miércoles fuimos a la ciudad de las Culturas (que más que eso, viene a ser una Ciudad de las Ciencias, pero bueno). Hicimos el tonto con todos los juegos interactivos, nos hicimos mil fotos jugando por allí (me subí a una bici que iba por una cuerda -como la de los equilibristas- pero no se caía, y también en un simulador de lo que sería andar por la Luna... muy diver...), subimos a un teleférico, vimos el Oceanográfico... En fin, hicimos de guiris totalmente, que de vez en cuando también está bien... (Anécdota del día: la mejor foto que nos sacamos fue al entrar en el Museo de las Ciencias, en dónde había una mesa como de cocina con cuatro sillas, todo fabricado a mayor escala, tamaño gigante. En un cartel indicaba que aquella proporción de tamaño es la que percibe un niño de tres años. Nos sacamos una foto, cada una en una silla, como si esperásemos la comida. Quedó de lo más graciosa)
- El jueves nos desplazamos a las afueras de Lisboa, en concreto a Sintra, a visitar palacios (en esta localidad hay unos cuantos). El primero que fuimos a ver era el Palacio da Pena, y era el típico castillo de cuento de hadas: torreones, jardines, grandes escaleras... El interior conservaba algunos de los muebles (otros los han tenido que quitar para hacer espacio para los visitantes) que se han usado en ese palacio: las habitaciones del rey, de la reina, los despachos, salas de reunones, cocinas... Unos muebles y decoraciones de lo más alucinante. Comimos (en un lugar con cierto estilo medieval y una carne buenísima) y por la tarde fuimos a Quinta da Regaleira, un palacio construido para un particular, seguidor de la masonería y el esoterismo entre otras cosas; razones por las cuales el recinto resulta ser una combinación perfecta entre Rivendel y Dentro del Laberinto: torres bellísimas con aspecto de marfil, escaleras de caracol y arcos góticos, a la par que rocas cubiertas de musgo, que esconden un pozo subterráneo al que se puede bajar y el cual da a numerosas y oscuras grutas (más de un turista ya iba provisto de linterna para atravesarlas). Las grutas conducen, bajo suelo, obviamente, a diferente puntos de los jardines. Puertas secretas de piedra, lagos escondidos con rocas que hacen de camino para atravesarlo... Un mundo de fantasía, no sé como no han rodado una película allí. Es de esos lugares hermosos y misteriosos a la vez. Increíble. (Anécdota del día: con el cuento este de los castillos de princesas, nos tiramos todo el día echándonos fotos de princesas, claro está: "¡ahora sube a la torrecita, asómate a la ventana y lanza el pañuelo, como si fuera a subir el príncipe por él!", "¡ahora ponte en ese banco con cara de mística!", "¡ay!¡mira que bonito!¡ponte el pashmina que te caiga por detrás, a lo velo, y haz ver que cruzas el puente!". Y no fue que nos echamos un par o tres, es que nos tiramos así todo el día. Parece mentira que tengamos 27 años).
- Y hoy, para Barcelona.
La verdad es que no hemos parado de un lugar a otro, pero ha valido la pena. Tuvimos también nuestra sesión de fado. Una de las mujeres que cantaba, luego pasaba por las mesas intentando vender el CD que había grabado hacía 25 o 30 años, a juzgar por la foto de la carátula (la buena señora ya debía tener sus sesenta y pico... ). "Señora, supere lo de sus años mozos, que eso ya pasó", decíamos nosotras. Otra Massiel. Y a 15€ el CD. Pobre mujer: entre que la mayoría de comensales eran portugueses y nosotras, de la Virgen del Puño (como buenas catalanas) mucho negocio no hizo esa noche, la pobre. Uno de los guitarristas nos dedicó una canción (la que da título a este post").
Por las noches está bien subirse al Barrio Alto (alto porqué hay tropecientas escaleras para llegar a la zona), que está lleno de baretos y ambientillo nocturno: la gente en las calles con la copa en la mano no falta nunca. Anécdotas y curiosidades de las noches en el Barrio Alto:
- Tema ligues: una de las noches estuvimos en un bar gay. Nos dimos cuenta cuando nos íbamos. Otra, caímos en un karaoke (que no sabíamos que era karaoke, hasta que nos sentamos y vimos la pantalla) en la que se debía hacer una fiesta de instituto, o algo así: eran todo chavalines de 18 años como mucho. Y otra, se nos acercaron unos suizos (de unos 16, 17 años... otra vez...) que llevaban más alcohol en la sangre que Michael Hasselhoff en aquel vídeo de la hamburguesa. Unos pesaos. (Ahora, el camarero era de lo más majo)
- Tema físico: es increíbe lo duros que deben tener los glúteos la gente que vive allí. Escaleras y calles en pendiente son lo que abunda en esta zona. La mejor manera de quemar el alcohol consumido, está claro.
- Allí las claras son con cerveza y 7Up, en lugar de cerveza y limonada.
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Generalidades:
- Hemos visto más cejudas que bigotudas
- No hay mucho portugués guapo, al menos por las zonas por dónde nos movimos nosotras
- La gente, aunque seria, suele ser bastante amable.
- Los restaurantes en los que hemos comido, todo y ser (o aparentar ser) de distintas categorías, nos han costado prácticamente lo mismo.
- Hemos descubierto que tenemos peor sentido de la orientación del que pensábamos: hasta el tercer día no supimos ubicar la pensión respecto a la Plaza Figueira.
Y me dejo mil cosas, pero bueno, creo que con esto es suficiente. Sólo quería haceros una sinopsis de estos cinco días y deciros pues esuo: que ya he vuelto.