Si una cosa me ha enseñado es que los informativos informan de lo que quieren, y como quieren.
No hay nada como tener una familia en el otro lado del océano, y amigos argentinos aquí, de este lado; y ver como todos, todos están realmente conmocionados, todos están de luto por Néstor Kirchner, un político que accedió a la presidencia con el menor porcentaje de votos jamás registrado en Argentina y que se ha ganado al pueblo, un pueblo que necesitaba recuperar la dignidad y la confianza.
No voy extenderme con lo que hizo y dejó de hacer, ni él ni su mujer, Cristina Fernández, que ha sido su sucesora en la presidencia. Pero sólo basta ver a la Argentina del 2001 y a la Argentina de hoy. Aquello sí que fue una crisis, y de las importantes. Y en casi diez años la recuperación ha sido increíble, increíble; y lo sé de primera mano. Habrán hecho cosas mal, como todo gobernante, pero otras tantas las han hecho bien, muy bien, y hoy en día el país es otro. Han conseguido la recuperación económica de un país que estaba en quiebra; se fomenta la cultura, la justicia, la educación, la igualdad; condenan los crímenes de la dictadura, de la suya y de la nuestra.
Las imágenes muestran a gente llorando en la calle, dejando flores en la Casa Rosada, reivindicando y defendiendo el modelo político que hay que seguir para que ese país siga creciendo. En estos momentos (allí son las siete de la mañana y está empezando a llover) hay gente que pasa por la Plaza de Mayo con banderas, flores, fotografías...
Una parte de mí siente envidia. Miro el panorama político que hay aquí y siento envidia. ¿Cuándo me va a transmitir alguien algo así, en mi país? ¿Cuándo se va a movilizar la gente por un político, cuando vamos a CREER en un político?
Me estoy alargando más de lo que quisiera, pero es que, por cosas que ahora no vienen al caso, es una muerte que me ha dejado helada y que, espero y deseo, no tenga efectos negativos en el futuro de ese país al que siento tan cercano.
Desde aquí, mis condolencias al pueblo argentino.
