El tema es que hace ya unas semanas que algunas hojas de mi querido bonsai carmona (es gitano) tenían una sustancia pegajosa. Yo pensaba que era normal (¡no sé nada de bonsais!), pero con los días he ido viendo cómo esa sustancia cada vez era más abundante. Así que como google lo sabe todo, pongo en el buscador: "bonsai carmona hojas pegajosas". Me meto en un foro de jardinería y bingo, había una respuesta que decía: "Algunas plagas como los pulgones y demás producen una sustancia pegajosa llamada melaza. Mira a ver si tienes bichejos por ahí.". ¿¿Bichejoooos??
Pillo el bonsai y la linterna (en plan voy-a-estudiarlo-con-detenimiento) y veo esto:
"La cochinilla de escudo es un parásito que, cuando está plenamente desarrollado, tiene el cuerpo cubierto de un caparazón de color marrón oscuro. La mejor forma de apreciar su presencia es a través de la vista, por lo que deberemos observar la parte posterior de las hojas a menudo para comprobar si ha hecho acto de presencia el insecto."
Efectivamente, los puntitos estos raros estaban en el reverso de varias hojas del bonsai. Perfecto, genial, mi bonsai tiene cochinilla. Malditas hijas de puta, qué nombre más feo.
Me tuve que ir a la floristería (suerte que tenía una cerca, sino no sé qué habría sido de mi vida) a preguntar qué narices hacía con la porquería esta. Me dieron un botecito con un dosificador. Era un insecticida que debía disolver en agua y después pulverizarlo sobre el bonsai. No hace falta decir que disfruté como una energúmena haciéndolo mientras miraba a esas cerdas cochinas y les decía de todo.
Ahora cada día voy. Y las miro. Las miro mientras pienso: zorras, ese escudo no logrará salvaros. He dicho que no me gustan los bichos.