lunes, 30 de agosto de 2010

Quiero todo




Olía a sal. Y a rocas o a arena, depende. O a todo a la vez.

Sabía a muchas cosas. Sabía mucho a mate, a todas horas.
También olía a marihuana a todas horas, para qué omitirlo.

Sabía a sandwichitos de miga, pizza y empanadas, sorrentinos, paella. Sabía a hamburguesas, pero sólo de madrugada.
Sabía a facturas por la mañana, que eran mediodías.
Sabía a cerveza y a vino.

Sonaba la Rock&Gol mientras íbamos por carretera, The Doors, Radiohead e Incubus mientras estábamos en casa.


El tacto era suave. El ambiente amigable, acogedor, cómodo, divertido.

Y los ojos no daban más de sí ante tanta belleza natural.




El que cruzó el Atlántico para visitarnos tenía por costumbre escuchar todas las mañanas esta canción, así que se convirtió en banda sonora de las vacaciones.



Qué extraño pensar en todo eso sentada en el ordenador del trabajo, cuando aún no hace ni veinticuatro horas que estoy de nuevo en la ciudad.

viernes, 6 de agosto de 2010

Pasando las últimas horas

Irónico que siendo el último día de trabajo antes de las vacaciones tenga una sensación agridulce en el cuerpo. El capullo de mi jefe tenía que esperar al último día para venir a tocarme los cojones.

Para quitarme esa pequeña angustia de la cuenta atrás para las ocho de la tarde (mi jefe vendrá seguramente a las ocho menos cinco, para hinchar bien los ovarios), me he puesto a ver vídeos de Capusotto, así me río un rato.

Aquí dejo uno de un gag de protagonizado por Joaco del Garzo, una especie de Sabina llevado al extremo, claro.





Grande, Capu...

miércoles, 4 de agosto de 2010

Somos distintas

Hace ya algún tiempo que no me llena.

Recuerdo que antes lo pasábamos bien juntas. Nos hacíamos compañía, ella me ofrecía un abanico enorme de cosas que podíamos hacer, y yo elegía.

Otras veces no necesitaba hacer nada en concreto, simplemente me bastaba con que ella estuviera ahí.


Pero últimamente las cosas han cambiado. Quizás sea que ella ha seguido su camino, y yo me he quedado atrás. Ella ha seguido renovándose, invirtiendo en sí misma, conociendo a gente de otros países.
Sigue siendo única, hermosa, divertida, cálida... Aunque se ha vuelto más fría en algunos aspectos. El hecho de haber alcanzado cierta categoría ha hecho que sea más distante, sobretodo para los que la conocimos antes.

Yo siento que estoy fuera de todo esto, que ya no es lo mismo. Que si pudiera, la cambiaría por otra. Aunque siempre la querré.

La querré porque la conozco desde hace 29 años. Porque realmente tiene algo que no se sabe decir qué es, pero que la hace especial.

Quizás durante las vacaciones, cuando esté relajada y pueda pensar en todo tranquilamente, vea las cosas de otra forma. Pero dudo que eso pase.

Creo que Barcelona ya me ha dado todo lo que me tenía que dar.