miércoles, 30 de junio de 2010

Caso 2: el desenlace (o no)

Tía, tú entras en plan aquí-no-ha-pasado-nada, te vas hacia la barra y le pides los cafés. En el momento en que te los dé, le dices: "Oye, respecto a lo del otro día, te lo agradezco, pero...". No, joder, no des las gracias, que le harás sentir patético. "Oye, que respecto a lo del otro día, verás, es que no creo que lo vaya a hacer...". Mierda, que tampoco hay que ser estúpida. "Oye, que respecto a lo del otro día... ¿Si te digo que no me vas a escupir en los cafés?". Nonono, no sea que le dé ideas.
Hostiaputa. Bueno, hay que improvisar. Ya veremos qué sale.

Entro en la cafetería. Hay dos señores en la barra, el camarero borde tras ella, el camarero jovencito al fondo y la camarera argentina rondando por las mesas. Mi mirada periférica de mujer ve en décimas de segundo que se posan en mi persona las miradas de los tres camareros, e inmediatamente los dos jóvenes posan las suyas en el borde. No es precisamente la definición de discreción.

CAMARERO BORDE: -Hola.
PECOSA (mirando al suelo): -Hola.
CAMARERO BORDE: -Un cortado, ¿no?
PECOSA: -Sí, y... Espera... -Me lo pienso para decirlo sin equivocarme- Un café solo descafeinado corto con hielo. Es que hoy tengo a la compañera.
CAMARERO BORDE: -Vale

La camarera argentina pasa por detrás mío, me giro para saludarla y veo que me estaba repasando, la vestimenta, los zapatos o lo que fuera (empiezo a pensar que pongo cachondas a las tías).

PECOSA: -Hola.
CAMARERA ARGENTINA: -Hola.

Chanchanchanchan (el chanchan es como el de Tiburón)

CAMARERO BORDE: - ¿Cómo me has pedido el café?
PECOSA: -(Ya está nervioso) Solo descafeinado corto. Y con hielo.
CAMARERO BORDE: - ¿En el mismo vaso?
PECOSA: - No, a parte, por si se echa azúcar (¿más difícil se lo puedes poner precisamente hoy?)
CAMARERO BORDE: -Vale.

Me deja los cafés sobre la barra.
Le doy un billete de diez.
Se va a por el cambio.

Me mira la camarera argentina.
Me mira el camarero joven.
Yo miro hacia afuera.

¿Porqué tarda tanto?

Veo que busca algo por la zona de la caja (de dónde sacó el otro día la tarjeta). ¡No será capaz de darme otra notita...! Me cambia la cara, y no sé si es porque me ha visto la expresión de pánico, pero se ha limitado a dejarme el cambio sobre la mesa, sin notas.

PECOSA: -Merci. Bueno, buenas vacaciones.
CAMARERO BORDE: - Gracias.

Salgo por patas.


Nunca hay tanta gente a esa hora en el bar como hoy. Ni de coña me pongo yo a hablar del tema, con tanto buitre pajareando por allí.

Bah, a tomar viento. A ver si cuando vuelva de las vacaciones ya se le ha pasado.

lunes, 28 de junio de 2010

Segunda adolescencia (o gente que no madurará jamás)

La inmadurez de las clases acomodadas:

No sé si es suerte o desgracia, pero no me he cruzado en la vida con muchas personas que tengan la el beneficio de poder decidir si quieren trabajar o no, o cuántos días a la semana le quieren dedicar a algo que para la mayoría es obligado.

Es el caso de una pareja de treintañeros que he conocido recientemente. Años después de conocerse y formar pareja, la madre de ella murió, dejándole una herencia a ella (ellos) que, si bien no es equiparable a las herencias de los multimillonarios, ha hecho que las vidas de esta pareja sean bastante más plácidas.

No corresponden al perfil de tengo-la-vida-resuelta-y-hago-lo-que-me-da-la-gana, por suerte. Viven en un piso corriente, tienen un coche corriente y usan ropa corriente. Estudian, y trabajan (algún día a la semana).

Pero uno ve que la percepción de su realidad es otra cuando te cuentan que en alguna ocasión en la que han hecho cena en casa con amigos y han bebido un par de copas de vino de más, han acabado comprando billetes para irse a Londres o Amsterdam. Así, pim-pam, sin tener que pensar.

La percepción de la realidad no es la misma cuando se toman la libertad de hablar de temas escatológicos hasta el hastío, estemos tomando copas, de paseo o cenando.

No es la misma realidad la mía y la de ellos, en los que se observan (o quizás soy yo la única que los ve) detalles infantiles en su comportamiento, tratándose de personas cuyo grado de cultura e inteligencia considero que no es poco, aunque por otro lado parece que le tienen que dar cierta salsa a la vida con tonterías que yo hace tiempo que dejé de hacer.

Que no se confunda el personal. No es envidia. No es envidia para nada.



La escena de película que una siempre quiso protagonizar en la vida real, y que se da en el momento y lugar inesperados (y con la persona más inesperada de todas)

Desde hace un par de meses voy casi cada tarde a por un cortado (descafeinado para llevar) a la cafetería de la esquina que tengo delante. Hacen los cortados con mucha espuma, y tienen azúcar moreno.

Mi compañera solía ir a otra cafetería, ya que decía (no sin razón) que el camarero de ésta era un borde de cuidado, y que tenía cara de pocos amigos.

Precisamente fueron esas las razones por las cuales empecé a ir a esa cafetería a por mis cortados para llevar. Sabía que iba, pedía, pagaba y me iba. No había momentos de soy-camarero-y-tengo-que-darte-conversación-aunque-no-quiera, cosa que me incomoda y aburre soberanamente. Además, aún y ser borde y tener cara de estúpido, a mí el tipo me caía bien. Simplemente es su forma de ser, no es nada personal contra sus clientes.

Hoy he ido a buscar un cortado antes de entrar por la mañana (normalmente suelo ir por las tardes).

CAMARERO BORDE: -¿Te han cambiado de turno?
PECOSA: -No, yo siempre trabajo todo el día, pero sólo vengo a por cafés por las tardes. Lo que pasa es que esta mañana no he tomado, y aquí estoy.
CAMARERO BORDE: -Ah.
Busco el monedero en mi bolso
CAMARERO BORDE: -El uno de julio me voy de vacaciones, así que estaremos una temporada sin vernos.
PECOSA: -Ah, ¿sí? Jo, qué bien, para las mías aún falta...
En ese momento acaba de procesar mi cerebro lo dicho por el camarero y percibo cierto aire de ligoteo, aunque no sé si deliro al no tener ni un gramo de cafeína en la sangre.
Me deja el cortado en la barra, le pago. Mientras me va a por el cambio me hecho dos cucharadas de azúcar moreno. Vuelve con el cambio, me lo da, me lo guardo en el bolso. Veo por el rabillo del ojo que deja algo junto a mi cortado.
CAMARERO BORDE: -Si alguna vez te atienden mal me llamas.
Veo esto:

Es lunes, y voy sobada. Tras unos segundos de no-coordinación de mi cerebro con mi aparato fonador digo:
PECOSA: -Bueno... Aquí siempre me atendéis muy bien, la verdad.
Me quería morir.
CAMARERO BORDE: -Bueno, sino para tomar un café.
PECOSA: -Jajaj... Bueno, venga gracias, ¿eeeh? Adéééu...

Cojo el café y me piro.




La inmadurez de la que un día fue tu amiga

Tal y como salgo de la cafetería y cruzo la calle, rebusco en mi bolso la llave de la tienda. Mientras abro, veo por el reflejo del cristal que una chica me mira y aparece en su cara una sonrisa con aire burlesco. Reconozco la cara de la chica, es la hermana de la que fue mi amiga y compañera de piso hace unos cuatro años. Va con ella la susodicha.

En pocos segundos en los que no tengo tiempo de reaccionar (recuerdo que aún no me he tomado el café) veo cómo me miran de arriba a abajo (esas cosas que hacemos las mujeres), y comentan algo entre ellas, sonriendo pícaramente, mientras cruzan la calle.

En ese momento he pensado en cómo mi cerebro, aún y estar dormido, estaba pensando en decir un "hola" que sin duda esas envidiosas (así lo digo, Rodrigo) ni siquiera se merecían (aunque quizá la envidiosa sea yo, por verlas paserarse un soleado lunes a las diez de la mañana, mientras yo me dispongo a entrar a mis dominios laborales).

En cualquier caso, no me asombra ver que tanto la hermana, de estética moderna y cerebro limitado, como ella, de gran corazón pero celosa de la felicidad ajena, siguen como las dejé.

jueves, 24 de junio de 2010

Resultado de la encuesta

Está claro que los retratos de políticos con aire clásico no son decorativos.



Voy a tener que hacer algo con esa fotografía de la pared...

(warholeada por mí con el Gimp, por eso ha quedado así de cutre. Si Andy levantara la cabeza...)

lunes, 21 de junio de 2010

Test

Hacéis una visita a casa de un amigo o familiar y al entrar a su salón veis que, colgada en un discreto rincón de una pared, hay una pequeña fotografía de un personaje político que, todo y no ser de vuestro país, conocéis porque luchó para liberar a su pueblo, o para abolir la discriminación entre razas o géneros, o por el bienestar de la clase obrera de su país.

En cualquier caso, os llama la atención porque no recordabais que antes estuviera esa foto colgada de la pared.
¿Cómo reaccionáis?

a) Simplemente me parece curioso y le pregunto por qué ha colgado esa fotografía, pero no le doy más importancia.
b) Si valoro/admiro/respeto al personaje de la fotografía, expreso mi agrado o aprobación.
c) No entiendo qué pinta la foto de un político en el salón de una casa.
d) No me provoca ninguna reacción.
e) Otras (especificar).

REEDITADO 22/06/10




La foto de la discordia

viernes, 18 de junio de 2010

Mente en blanco

- ¿En qué sueles pensar?
- En todo.
- Eso es mucho...
- No te creas, todo acaba en nada.
- Ya... ¿Qué te haría dejar la mente en blanco? No valen drogas.
- Una playa desierta. Aunque no desierta del todo, tampoco hay que ser extremista.
- ¿Una de ésas de aguas cristalinas, como las del Caribe?
- Sí, pero de las que están por aquí al lado está bien. Las palmeras no son imprescindibles.
- ¿Qué es lo que más te gusta hacer últimamente?
- Reírme a carcajadas.
- ¿Y lo que menos te gusta hacer?
- No hacer.
- ¿Un deseo?
- La paz mundial.
- No, en serio.
- No te lo puedo decir.
- ¿Porqué? ¿Es obsceno?
- No, es mi deseo de los cumpleaños.
- ¿Tienes un deseo de los cumpleaños?
- Sí.
- ¿Siempre es el mismo?
- Sí.
- ¿Desde hace cuánto?
- ¡Uf!
- ¿Y no se cumple?
- No del todo...
- Debe ser la paz mundial, pues... ¿Y alguno que se te haya cumplido?
- No tener que volver a depilarme las axilas.
- ¡Todo un logro!
- No sabes lo que era...
- ¿Qué es lo último que has perdido?
- Muchas cosas...
- ¿Has mirado debajo de la cama?
- Mi cama no tiene debajo.
- Pues desventaja que tienes. Muchas cosas que perdemos suelen estar debajo de la cama.
- No creo que ése sea mi caso.
- Vete a saber. ¿Qué haces?
- Tocarme los pies.
- Parecen apáticos.
- Sí. ¿Sabes lo que les debe hacer falta?
- ¿Qué?
- Más pies. Un remojón en una de ésas de aguas cristalinas, y más pies.

miércoles, 16 de junio de 2010

Cómo preparar una pizza (según mi fase R.E.M.)

Tomar la base y añadirle los ingredientes deseados.

Meter la pizza en la cápsula espacial.

Con los comandos necesarios, mandar la cápsula espacial fuera de la Vía Láctea (a más velocidad, mejor se cocina la pizza).

Una vez veamos (eso en los sueños se ve, sin cámara instalada en la nave ni nada) que la pizza está dorada a nuestro gusto, introducir un nuevo código en el aparato de los códigos (de aspecto similar a los mandos de los coches teledirigidos, pero con botones) y ordenar a la cápsula que vuelva a nuestra cocina.

Abrir la cápsula, sacar la pizza y servir.

lunes, 14 de junio de 2010

¿Porqué? ¿¿PORQUÉ??

  • ¿Porqué Valentino Rossi tenía que hacer motocross en sus ratos libres habiendo empezado ya el mundial de motociclismo? ¿Que no sabía que se podía lesionar, como ya le pasó? ¿Que no sabía que podía no recuperarse correctamente, y pegarse una señora leche cuando precisamente corría en casa, y romperse la tibia y el peroné, y no poder volver a correr en cuatro meses? ¿¿NO LO SABÍA, ESO??
  • ¿Porqué para una vez que salgo me roban la única rebeca que tengo? Era una discoteca de singles, ¿¿acaso no tenía nada mejor que hacer que robarme la chaqueta, la pedorra?? ¡HACE FRÍO!
  • ¿¿Porqué hace frío?? ¿¿Y porqué no para de llover?? ¡¡Está lloviendo otra vez, joder!! ¿¿QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO??
  • ¿Porqué una persona aparentemente pacífica e intelectual, que critica a los quinquis de su país, cuando bebe dos copas de más se quiere pelear con unos cholos que le han mirado el culo a su novia? ¿¿QUE TENEMOS QUINCE AÑOS O QUÉ??
  • ¿Porqué los pijos de mierda que me vienen a comprar armarios de 5.000€ me regatean 200€ cuando yo estoy manteniendo la empresa con mi sueldo? ¿Le va de 200€ a una persona que se gasta 5.000€? ¿¿PORQUE ME HABLAN DE IKEA Y ME VIENEN A REGATEAR Y NO SE VAN A COMPRAR EL PUTO ARMARIO A IKEA Y ME DEJAN EN PAZ??


Nada tiene sentido. Estoy empezando a cabrearme. Y encima este año no me voy de vacaciones.

(Cagoensuputamadre)

jueves, 10 de junio de 2010

Defectos de fábrica

  • Tengo la cabeza pequeña en proporción al cuerpo
  • Soy miope (ojo derecho: 4.25 dioptrías, ojo izquierdo 4 dioptrías. Para que se entienda el concepto, estando a 50 cm. de la pantalla -sin gafas ni lentillas- no leo el DESDE LA PARRA de la cabecera)
  • La oreja derecha me acaba en punta (no en plan Spock, simplemente no hace la forma redonda de las orejas normales. Además, no me puede tocar nadie la puntita, que me da cosa)
  • Tengo un pecho más grande que el otro (no como suele pasarle a todas las mujeres, en mi caso es casi una talla. Seeeh, hace que comprar sujetadores sea facilísimo)
  • Mi ombligo es una cicatriz (me operaron de algo intestinal siendo bebé y me cosieron el ombligo, así que no tengo agujero, sólo un cosido con una leve cavidad. Lo bueno es que no se me meten pelusillas)
  • Tengo útero bicorne (lo he tenido que googlear porque no recordaba el nombre). En mi caso es muy leve, según las palabras de la ginecóloga, "tu útero tiene forma de corazón". En realidad es una forma bonita de decir : "tienes el útero deforme".
  • Mi pierna izquierda es 16mm. más corta que mi pierna derecha, con lo cual tengo que usar siempre plantillas o retocarme los zapatos. Con lo cual...
  • ...tengo la cadera inclinada (y con una leve rotación, no sé si de las piernas o de que ya es así), con lo cual...
  • ...mi columna vertebral parece la carretera de las costas del Garraf (que se caracteriza por sus curvas).

Loco, he aquí mis taras.

Ratman dice que soy una mentira. ¡La ves y la caretea (la caretea = da el pego), pero luego está toda deformada, pobrecita!, dice.

sábado, 5 de junio de 2010

La china del metro

Estaba en el vagón, leyendo. Cuando llegué a la parada, me bajé del vagón sin levantar la vista del libro. En ese momento escuché unos tacones delante mío. Desvié la vista del libro buscando esos zapatos que taconeaban hacia las escaleras mecánicas (siempre me gusta mirar a las mujeres que van con zapatos de tacón, bien por observar si éstos son bonitos, bien por comprobar si saben andar con ellos). Vi unos zapatos blancos, con tacón en cuña, y una especie de lazo o cinta dorado en la parte delantera. Eran bastante feos, en realidad. Qué decepción.

La chica no llevaba calcetines ni medias. Fui subiendo la mirada por las piernas delgadas, blancas y no especialmente definidas de aquella (sin duda, aunque no le había visto la cara) chica china hasta llegar a unos shorts tejanos realmente pequeños, que no ajustados, pero sí cortos y pequeños (ella, como la mayoría de chicas chinas, no era precisamente corpulenta). Le llegaba a la cintura una melena larga, lisa y encrespada, como quemada de usar tintes y secadores (cosa que me sorprendió, generalmente tienen el pelo tan lacio y brillante que da envidia). Llevaba una camiseta de tirantes blanca de algodón y un bolso de mano pequeño, en color beige.


Cuando llegamos al final de las escaleras mecánicas (lo descrito anteriormente fue lo observado durante los segundos que tardó la escalera en trasladarnos del piso inferior al piso superior) caminé tras ella mientras seguía leyendo, levantando la vista a intervalos. Caminaba coquetamente, los zapatos de tacón siempre hacen que la cadera se contonee más, y los hombres que se cruzaban con ella la miraban sin disimulo. Ella lo sabía y movía la larga melena con golpes secos.

Quise verle la cara, ¿será guapa?, así que aceleré el paso y me puse delante de ella mientras subíamos las escaleras que daban a la calle. Caminé hacia el semáforo y escuché como sus tacones llegaban hacia el mismo punto, situándose a metro y medio de mi lado. Miré hacia ella y pude verle la cara. Era más fea que un pecado. La camiseta no era demasiado ceñida, pero se percibía un pecho modesto, como la mayoría de las chinas.

En cualquier caso ella iba divina, caminando con coquetería y decisión hacia el otro lado del paso de cebra (la dejé de nuevo ir por delante mío).

Vuelvo a levantar la vista del libro y veo que entra a la Modelo.

Madre mía, pienso, la va a liar gorda, ahí dentro.

miércoles, 2 de junio de 2010

Agradecida y emocionadaaa...

Hace un rato, mientras me daba un duchón (¡como se nota la pegajosidad en el ambiente ya, madre!) así sin darme cuenta me he encontrado pensando en los blogs que leo, lo bien que me hace algo tan tonto como puede parecer pertenecer a esta pequeña (gran) comunidad de bloggers.

Y en lo orgullosa que estoy de leer a la gente que leo, gente que me hace reír (mucho), que me hace pensar, que me abre mundos nuevos, que me enseña que hay mucha música, libros y cine por descubrir, que me hace imaginar, bajar a la tierra, que me emociona, que comparte...

Gente inteligente, sencilla y divertida. Sí, esas cosas se ven a través de un blog, quién lo iba a decir.

Vuestros blogs, en estos tiempos en los que es tan difícil encontrar algo que a uno le llene y que no comporte una inversión de dinero, son para mí un ocio gratuito que me alegran la rutina diaria (más rutina que nunca, con la que está cayendo). Un ocio que muchas veces da lugar a otros ocios.


Pero con esto de los agradecimientos pasa un poco como con el amor: uno puede decir "te amo" y sentir que ese "te amo" se queda pequeño. Bueno, pues a mi el "muchas gracias" se me queda pequeño, también...

martes, 1 de junio de 2010

Lo importante es participar...

TARANTANTÁN TURÚ TIRORITORORITOOO...

PECOSA: -¡Holaaa!
RATMAN: -¡Hola! Escuchá, luego a la tarde voy para tu casa.
PECOSA: -Vale, nos vemos luego, entonces.
RATMAN: -Sí. A parte te llamaba para otra cosa, ¿¿sabés qué??
PECOSA: -¿Qué?
RATMAN: -¡¡Acerté la Quiniela!!
PECOSA: -¡No jodas! Cuánto, ¿¿100€*??
(*Sí, estimado lector. Esto es lo máximo a lo que aspiramos a día de hoy)
RATMAN: -No, bueno... Ahora te vas a reír, pero... Gané dos euros con cuarenta.
PECOSA: - ... ¡Jajaajjajj! ¿¿Dos euros con cuarenta??
RATMAN: - ¡Jajaja! Sí, es que hubo muchos acertantes, así que el premio es poco... ¡Pero no sabés la linda sensación que es ir viendo los resultados y comprobar que vos acertaste! ¡Me puse re contento!
PECOSA: -Sí, mi amor...

Angelico...