miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Por fin!

Adelanto desde ya que no me ha tocado una mierda en la Lotería de Navidad.

En cualquier caso estoy contenta porque he estado haciendo bricolaje casero mientras escuchaba a los niños cantar.

Desde hace años deseaba tener un mapa mundi enorme colgado de la pared. Hace un par de meses, para amenizar el viaje en tren, me compré la National Geographic, que hacía años que no leía. En el interior de ésta venía un desplegable de las grandes migraciones animales. Cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que en reverso había un mapa del mundo precioso. ¡Por fin un mapa del Mundo! ¡Y de la National!

Así que me ha faltado poco para comprar un marco (cristal con perfil de aluminio, 100 x 80, 15€ en el Ikea). Como el marco no llevaba paspartú y quedaba algo frío, me he pasado por el chino (¡soluciones para todo!) y he comprado algo para hacer un apañillo (de estas chapucillas mías que me encantan):

¡Papel adhesivo imitando a la madera!


Así que esto por aquí, esto por allá, recorto aquí, retoco allá (he tenido que recurrir a los rotuladores Carioca para disimular alguna junta y tal), y...

¡Aquí está! ¿No es la mar de bonito?



No sabéis la categoría que le da al salón. ¡Y por cuatro duros! ¡Bieeeeen!

¡Venga, que me va a tocar!

Que no os engañe la imagen. Sólo hay dos décimos, el resto son participaciones. Pero menos es nada.


Como mola hacer la limpieza previa a los días navideños con las niñas cantando tantos miles de euros. Qué fácil es soñar, coño.

(¡Venga, niños de San Ildefonso, que estoy en el parooo! ¡Que quiero ponerme un pisito en la Costa Bravaaa!)


domingo, 19 de diciembre de 2010

Empieza a coger forma (o no)

Hoy ha sido un día completito. A las nueve estaba en planta. He restaurado, me he comido una paella con la familia, he comprado regalos de navidad y me he ido de cena con las del curro. Toma ya.


Como la cena ha ido corta y ya estoy en casa, aprovecho para mostrar la evolución de mis queridos pacientes (paciencia tienen una poca).


Después de haber limpiado y decapado los muebles (mesa de máquina de coser, silla con brazos y perchero -falta foto-)...


...he pasado a la carcoma. El tablero de la máquina está a rebosar de ella, y el pie del perchero también. Se han puesto hasta el culo, las cabronas.



Inyectados y envueltos. Ahora hay que hacer como con la paella: dejarlo reposar.



El próximo día: consolidación (dicho a lo bruto: rellenar los agujeros de a carcoma con pasta y ceras)


A todo esto, mientras le ponía paradiclorobenceno (¿¿cómo te has quedado?? Mola, ¿eh? Paradiclorobenceno. A ver, dilo en voz alta, como cuando de pequeño decías supercalifragilisticoespialidoso: paradiclorobenceno. Y te lo digo sin los apuntes, de memoria. ¿O qué pensabas?), decía que mientras le ponía paradiclorobenceno a la mesa, me he encontrado en la parte inferior a una amiga que se me ha pegado a la aguja de la jeringa. Tras agitarla y ver que no se movía, he entendido que estaba muerta y la he dejado sobre el marco de la ventana.



Es super bonita. He decidido que se va a llamar Ágata, y que a partir de ahora va a ser mi mascota.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Trasnochando (for the first time!)

Desde hace mucho tiempo, me había llamado la atención el programa "Diario De:", conducido por Mercedes Milá. Quería saber si era muy sensacionalista o me podría resultar interesante.

Hoy es la primera noche desde el día D (de Despedida) en la que decido quedarme trasnochando un ratín. Mi hermana está en la cama, Ratman no está y yo hace siglos que no me aplatano sola en el salón delante de la tele.

Pues curiosamente, haciendo zapping, me encuentro con la Milá (¡y no! ¡No es Gran Hermano!) y su programa de reportajes "Diario De:". Hoy va de adolescentes delincuentes, cosa que me da un poco de palo (me dan unos bajones con estas cosas...) pero me quedo mirando un rato. Cuando más tarde estoy a punto de cambiar porque había un caso de una niña que traía tela, pasan a otra historia de un adolescente que fue neonazi.

Y entonces en ese momento, cuando nombran al chico neozani, me viene a la cabeza American History X. Qué peliculón (Edward está que-se-sa-le).

No sé porqué, pero todo y ser totalmente contraria a ese tipo de ideología, es un tema que me atrae mucho. Me gustan las películas de nazis y skins, o leer libros con esa temática, o un reportaje sobre la Segunda Guerra Mundial. Además es como que siempre da que hablar, ¿no? Sale una película nueva sobre nazis, haaala, todos al cine. ¿Que saca Tarantino una de nazis? ¡Haaaala, tooodos al cine! (Y qué peliculón, a mí me encantó [por favor, atención a la frase del vídeo: YOU HAVEN'T SEEN WAR UNTIL YOU'VE SEEN IT THROUGH THE EYES OF QUENTIN TARANTINO. ¿¿¿PUEDE HABER UNA FRASE MÁS TOTAL???])


Volviendo a lo que contaba, el caso de este chico adolescente ha sido muy similar al caso de American History X: un adolescente de una familia bastante correcta, que se junta con gente que no debe y se hace neonazi. El chico explica las mil perrerías que hacía (alucinante) y que acaba en un correccional.
Ironías de la vida, acaba relacionándose y haciéndose amigo de un chico negro y de gente de etnia gitana. Y entonces, Mercedes Milá ha dicho "Claaaro...". Y cuando la Milá dice "claaaro", ojo.



Y entonces he pensado que qué fuerte.

Y he venido a escribirlo porque me ha parecido una pasada.




Y nada, simplemente quería compartir eso.

Ahora, que sí que ya ha empezado el 24 horas ese de Gran Hermano, casi que me voy a la cama.



(Espero que no esperarais una entrada mucho más intelectual. A estas horas, y siendo mi primera noche de apoltronamiento en el sofá frente a la tele, es lo máximo que puedo dar de mí).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Viaje en tren

Ir en tren es de lo mejor que hay. El tren tiene algo diferente a los demás transportes. Es fuerza, potencia; pero también es relajación, recogimiento.

Me encanta ir en tren en invierno. Hoy eran las tres y media del mediodía, más o menos. El andén no estaba muy concurrido, y ha sido fácil conseguir asiento en el vagón.



Había mucho silencio. La mayoría iba dormitando, era la hora de la siesta.

Fuera el día estaba nublado, se percibía el frío desde dentro. Llevo desde que me he levantado con frío, y encima en el tren no han puesto la calefacción lo suficientemente alta como para entrar en calor.

Parecía que iba a llover de un momento a otro, el cielo estaba cada vez más gris. Pero miro hacia la costa y me sorprende el color azul cristalino del mar. No está transparente, porque el mar está muy movido, pero tiene un color azul claro muy intenso. Nunca lo había visto así, por lo menos estando el cielo como estaba hoy. Alucinante.

Daban ganas hasta de bañarse.


Hoy, el viaje en tren ha sido perfecto.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Nuevo Orden Pecosil

Cuando hace una semana que pertenezco a la entidad con más trabajadores a su disposición (que no en activo) de España, puedo decir que he hecho tooodas estas cosas:

  • Ir a la oficina a tramitar el paro
  • Pasar por la tienda a visitar a mis compañeras
  • Comer pizza del Domino's y beber un cóctel con sabor a corazón de chuche de una jarra de litro con pajitas con el Zorro y H@n (¡qué bien lo pasé, tíos!)
  • Preparar los bocetos para la nueva manta a lo patchwork (o esa es la idea, veremos lo que sale) que voy a hacer con la ropa que tenía pensado tirar.
  • Archivar todo el papeleo laboral
  • Ya puestos, archivar los recibos del cajón desastre (todos tenemos un cajón desastre en casa. Mi cajón desastre es el primero de la cajonera del despachito: hoy he archivado los recibos desde abril del 2010 hasta ahora)
  • Ya puestos, inventar un nuevo sistema de archivo de libretas de La Caixa (el nuevo sistema de archivo consiste en sacarlas de la carpeta y meterlas en una caja, ordenadas por fechas, eso sí. Por cierto, ha aparecido una libreta de 1998 ¡en pesetas! ¿Se puede ser más gracioso? "Ingreso cajero: 4.000 pts", ¡es total! No me digáis que no las echáis de menos)
  • Rascarme la entrepierna en el sofá



El otro día cogí una libreta y la titulé Libreta de Parada (por esto del paro, no por el que se manoseaba con Marujita Díaz), y en ella he ido anotando cosas que hacer:

  • Levantarme como muuuy tarde de las 10. (Bueno, si algún día es 10:30 tampoco pasa nada.)
  • Seguir adelante con el curso de restauración y ver si me puedo apuntar a alguno gratuito de lo que sea.
  • Pillarme algún pedal estas Fiestas, fumar maría... Yo a esto le llamo desintoxicación. Puede parecer que es precisamente lo contrario, pero claro, es desintoxicación de los malos rollos del curro, no de los vicios de la vida (esta promoción sólo es válida en exceso durante el mes de diciembre, a partir del día 7 de enero empieza la Nueva Vida)
  • Ir a llevar al Punto Verde de reciclaje toda la chatarra que llevo acomulando desde vaya usted a saber cuándo.
  • Sacarme el carné de conducir. Bueno, esto no es seguro, ya veremos, a lo mejor no.
  • Hacer más ejercicio (me duele la espalda de estar todo el puente escachuflada)
  • Descansar. Bueno, y ordenar. Y arreglar las cosas de casa que necesitan arreglarse. (No sé para qué narices hago listas. La última vez que hice una lista dije que arreglaría la puerta del salón y a día de hoy aún no está arreglada.)

Joder, esto de tener tanto tiempo para pensar en gilipolleces va a ser mi decadencia.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ironías de la vida

Hace dos semanas le decía a mi jefe que a este paso tendría que cerrar la tienda.
Ayer la cerró. Y de paso, me despidió.

¡Qué irónica es la vida!

Recogí las cosas y, como eran muchas (uno no sabe lo que tiene hasta que intenta meterlo en una bolsa que acaba siendo un saco), tuve que irme a casa en taxi. Acabo de quedarme en el paro y ya estoy gastando de más.

¡Qué irónica es la vida!

Subo al taxi. Sonaba Radio TeleTaxi (¡lo nuestro!), y a los tres minutos de trayecto, empieza a sonar la versión de Il Divo de la canción Héroe.



(La canción venía que ni pintada, lo cual llevó a un momento sumamente deprimente a la par que cutre)

¡Qué irónica es la vida!

Hoy tenía que ir a renovarme el DNI. Como no tenía previsto estar sin trabajo a día de hoy, me pedí cita en la comisaría que tengo justo delante de la tienda. Quien me iba a decir que hoy iba a pasar y verla con los cristales empapelados.

¡Qué irónica es la vida!

Veo mientras espero mi turno en la sala de la comisaría que la señora de piernas delgadas y torso ancho que se dedica a dar los números saluda a una mujer (que también aparenta no tener trabajo, pero las "paradas" que se dedican a gastarse el dinero de su marido). "¿Qué tal?", le pregunta la mujer. "Aquí, divirtiéndome", contesta irónicamente la desproporcionada. Qué poco se valoran los trabajos cuando se tienen, por aburridos que sean (yo la primera, lo reconozco).

¡Qué irónica es la vida!




Irónica esta crisis, irónico que haya tanta gente cualificada sin trabajo, irónico que uno cuando empieza a volar le corten las alas, irónico que una encuentre un trabajo de puta madre a la semana de haber dejado el suyo, sin paro; y a los cinco años firmar un despido con una empresa que se va a pique.

Uno de mis dichos populares favoritos, y de los que más uso, es "no hay mal que por bien no venga".


Y como por lo visto las ironías, al igual que las alegrías y las penas, vienen todas de golpe, no se me ocurre nada mejor que poner esta canción, que a mí personalmente me ha gustado siempre mucho (y el videoclip también), y que habla precisamente de eso, de lo jodidamente irónica que es la vida cuando quiere.





P.D: me acaba de llamar mi jefe. En quince minutos bajo a firmar el finiquito. Sí, ahora, a las nueve de la noche. En esta empresa van así las cosas.