Sábado noche. Cena con seis compañeras de trabajo.
LOCALIZACIÓN: Restaurante mejicano al cual fui hace años y me pareció muy correcto. Siempre está a rebosar.
Sínstesis:Las fajitas, incómodas de comer: mucha carne sin sustancia y poca tortita.
Los cortados (por llamarlo de alguna manera, ya que eran prácticamente todo leche) hechos con una cafetera exprés casera. La leche la servía de un termo.
Chupitos: las que tomaron licor de manzana o melocotón, se lo tomaron a temperatura ambiente. Las que salimos ganando fuimos las del tequila reposado, que además nos sentó de fábula.
El camarero estaba de buen ver. Ya es algo.
En definitiva: Que un lugar esté a rebosar no es indicativo de nada.
Lo que con 24 años te resulta bueno, con 28 te resulta insuficiente.
Entre el tequila normal y el reposado, mejor el reposado.
Por muy bueno que esté el camarero, no me van a ver más el pelo.
LOCALIZACIÓN: Bar de copas
Síntesis:Dudosa estética: luces de neón azulada en el interior, pósters de tías medio en bolas con aire ochentero, pantalla grande con el Valencia-R.Madrid y bachatas de fondo.
En definitiva: Después de una rápida y semi-desastrosa cena y una inevitable necesidad de empezar a empinar el codo para aguantar a la que no se calla ni bajo el agua, el antro ayudó a hacer que nos tomáramos el cubata en menos de lo que canta un gallo. Con lo cual hizo efecto pronto y nos puso a tono para irnos a bailar.
LOCALIZACIÓN: Discoteca de cincuentones divorciados y busconas con escotes y faldas de palmo y medio.
Síntesis:Lugar con estética a lo Tony Manero. Miradas (y comentarios) de lo más insinuadores a cada paso que dábamos y música variada de todos los tiempos.
Lo más destacado: el tío de la camisa roja y las gafas de sol de pasta marrón de hace dos décadas que se sentaba en la barandilla junto a la pista con semblante seductor (eso creía él). Iba solo y observaba a su alrededor haciéndose el interesante. Vio que su momento llegó al rato y nos deleitó a todos los presentes durante el resto de la noche con sus movimientos varoniles en el podio.
En definitiva:Ligar no ligamos. Bueno, a decir verdad ligamos un montón. Otra cosa es que no fueran nuestro tipo...
La intención, que era echarse unas risas, se cumplió.
EL DÍA DESPUÉS:
Me levanto a las 12 y media con algo de afonía (lógico, después de estar toda la noche griténdole a la que se ponía en el centro a bailar "¡¡guapa!!", o "¡¡morena!!", o "¡¡flamenca!!", o "¡¡zorrón!!").
Está nubladito, cosa que me encanta los días de resaca.
Sofá, comida y agua, mucha agua.