viernes, 23 de enero de 2009

Freak-sexy

Es curioso como una mañana de lo más estresante y tensa puede olvidarse rápidamente gracias a un cliente peculiar. Y más teniendo en cuenta que la gente últimamente viene en un plan bastante gilipollas (porqué no tiene otro nombre).

A eso de las doce y media de la mañana, entra por la puerta un chico de unos treinta años, vestido completamente de negro, más bien delgadito, con cara común, gafas y pelo algo grasiento (tenía un aire al tío ese que sale en "El Hormiguero", pero más feo y con el pelo más largo). Estaba interesado en un dormitorio, y mi compañera se ha puesto a atenderle. Todo y que al principio parecía algo sosaina y rancio (es de esas personas que siempre hablan pausadamente y con tono de permanente apatía) a medida que iba hablando me iba cayendo en gracia. A mí y a mi compañera, que enseguida le he visto el plumero. Esas cosas se notan, y más cuando ya conoces la manera de atender de cada una y ves que en ese caso es distinta...

Mientras ella le gestionaba unas cosas por teléfono, el chico bromeaba (con su tono de voz constante y carente de emoción alguna) sobre que no entendía porqué el color del armario que tenía en frente se llamaba wengué, si al fin y al cabo era marrón, y sonreía tímidamente.

Y charlando, charlando, nos ha contado que era de Huelva pero que hacía diecisiete años que no vivía allí, y por eso no tenía acento. Que venía de vivir en Nueva York seis meses (PECOSA: "¿Ah, sí? Tengo una amiga que también". "¿Sí?". "Sí, estuvo viviendo en Brooklyn". "Como yo...". "Pues mira, a lo mejor la conoces y todo, ¡jajaja!". Sí, pava total) y que hacía cinco días que estaba en Barcelona, y por eso no entendía aún el catalán. PECOSA: "Pues ya verás que te gustará Barcelona", me he tenido que morder la lengua para no decirle: "¡Cuando quieras te llevo a dar un garbeo!". A todo esto, no penséis que era la única pánfila, que mi compañera le tiraba la caña que daba gusto, menuda una. A la otra no le gustó, así que a más tocábamos.

Y en cuanto ha salido por la puerta, se ha revolucionado el gallinero. "¡Me encanta este tíooooooooo!", "¡Ay, que majooooooo!", "Tiene ese punto rarito que mola, ¿no?", "Ay, sí, es que a mí estos hombres así me parecen de un interesante...", "Totalmente, totalmente...". Y la otra que nos miraba por el rabillo del ojo alucinada, la pobre. Y hemos salido a mediodía las dos de la tienda como castañuelas.

Hay que ver. Si es que nos contentamos con tan poco...

15 comentarios:

Kiko dijo...

Jjajajajajajjaja. Vaya historia, menos mal que no te pareció guapo que sino..... Me ha gustado esta nueva aventura parrera si señor. El chico volverá por allí, no???
Por cierto el mejor comentario que me hicieron sobre e.t. fue el tuyo, como me reí jajaajajjaja.
bsotes

Anónimo dijo...

Jajajaajaja, como decimos por aquí:
'A fame é negra' ('El hambre es negra'). Y ya veo que tu estás hambrienta.

Pecosa dijo...

Kiko: pues a ver si vuelve, y de paso se deja la pasta.
¿¿En serio te reíste?? Tío, que me dio mucha pena, hombre... Pobrecica, la enana...

Loco: Halaaaaa, qué brutoooo... Que me estás dejando como una lobaaaaa... ¡Ñam!

Palemón y Nabor AKA Jan en Karel dijo...

Pues para agradecerte la cortesía de decirme que "consol" existía y era una palabra catalana; región de la que parece que tu eres. Seguiré revisando tu blog, espero que no te moleste si hago comentarios demasiado seguido.

Ahora en el identificador me salió "promingi." Ésta también está buena como para no existir, pero ya en fin. Un placer!

Pecosa dijo...

Don Melón (qué nick tan gracioso, oiga): gracias por pasar, yo espero que no le moleste si hablo de sandeces demasiado seguido... ¡Un saludo!

Música dijo...

por tu descripción yo tb me hubiera escandilado, me gustan esos tipillos...así me va, aunque te cofieso que no entiendo de términos medios, que paso de la rasta a la corbata con una alegría...jajaja

Pecosa dijo...

Ah, claro. Los hay con corbata que también, también... Hay cabida para todo.

francisco dijo...

Salud, Pecosa.
Me gusta mucho lo fresca que eres,ligera y alegre sin dejar de ir al grano.
Aquí una loncha de jamón, aquí un tío que me mola...

Pecosa dijo...

Gracias, Francisco. (También puedo ser una víbora, ¿eh? jajaj). Te agradezco tus palabras...

¡Salud!

oxalus dijo...

Ay ... ¡estas chicas!

¡¡Qué cosas tenéis!!

Debe ser una fiesta, la tienda en la que curras (si estás todas igual de colgadas ...).

chuikov dijo...

ainsss, si fuerais camarareas de un bar de copas...

chuikov dijo...

ainsss, si fuerais camarareas de un bar de copas...

Pecosa dijo...

Oxalus: colgadas lo estamos, cada una a su manera. Ahora, fiesta sólo cuando toca, que yo soy una curranta.

Chuikov: seríamos un peligro, ya te lo digo yo... ¡Ahí sí que la liaríamos parda!

vittt dijo...

con lo mal que entró casi sale de ahí a hombros

Pecosa dijo...

Casi ni sale.