jueves, 11 de febrero de 2010

Silence, please.

Me ha parecido raro encontrarme el piso en silencio cuando he llegado esta tarde de trabajar. Nunca hay silencio cuando ella está. Hoy lo había, era agradable.

Necesitaba una ducha ardiendo (hoy no era el mejor día para quedarse a comer por ahí, qué frío). Necesitaba una de esas duchas de Me Quedo Un Ratito Bajo El Agua Calentita Sin Moverme (de ésas de Vale. Ya. Bueno No, Un Ratito Más). Cuando me ha empezado a llegar de nuevo la sangre al cerebro y podía volver a pensar, he pensado (mientras seguía quieta bajo el agua ardiendo) en lo bien que estábamos nosotros dos ayer: la televisión estaba apagada, y Sister Moon de Sting sonaba de fondo; y mientras, le ayudaba a practicar conversaciones en inglés (Where is the picture? The picture is on the wall).
Y en nuestros mediodías hay leones blancos. Yo no sabía que existían, son hermosos.



He salido de la ducha y he ido hacia mi habitación. La tele ya estaba encendida (ya me extrañaba a mí...), y ya hay otra vez contaminación acústica en el salón, como yo digo.

Qué poco valoran algunos el silencio.

8 comentarios:

vittt dijo...

un minuto de silencio te devuelve la vida.

H@n dijo...

Me ha recorrido un escalofrio solo de pensar en esa duchita... ^^,

Un besete!

Pecosa dijo...

Vittt, yo veno necesitando más de un minuto...

H@n, es genial cuando el agua caliente te devuelve la sensibilidad en los pies... ^^ Otro besete pa ti.

ulises dijo...

Eres mala, tú hablando del silencio y yo aguantando a los coñazos de los hijos de los vecinos y sus golpes en las paredes.

Pecosa dijo...

Calla, calla, Ulises. Que detrás de mi casa hay un cole y hoy era Viernes de Carnaval. No veas qué jaleo había montado...

chuikov dijo...

En los últimos 3 o 4 años he vivido en 3 o 4 casas diferentes y todas ellas supersilenciosas. es una gozada sólo escuchar los sonidos que uno genera o la música que uno pone.

Música dijo...

Me ocurre como Chuikov, pero con la diferencia que mis otras casas eran ruidosas, pero la actual no y que gozada sólo escuchar los sonidos que uno genera, cuando hay un ruído ajeno a mi voluntad es como si entrar alguien en casa sin pedir permiso.
La gente ruidosa la soporto regular

Pecosa dijo...

Chuikov, has dado en el clavo. Los sonidos que uno genera o la música que uno pone....

Música, los ruidos, músicas, programas de televisión, etc. que no sean afines a uno son una verdadera tocada de narices si se siente su presencia en exceso, y dentro de tu casa.
A veces le dan ganas a una de volverse nazi en ese aspecto.