Salgo del metro y me dirijo hacia el portal. Levanto la vista del libro y veo a la vecina-
treintañera-más-catalana-que-el-pan-con-tomate, la de la puerta de al lado, que viene hacia el mismo punto:
PECOSA (en catalán): - Hola,
vesina!
VECINA CATALANA (ni hola ni nada): - Tu creus que això es normal? - ¿tú crees que esto es normal?, dice señalándose el pelo y con cara de mosqueo elevado a mil (y a partir de aquí, traduzco al castellano directamente)Miro su pelo: mismo color anaranjado de siempre, mismo rizo, mismo corte de pelo. Mi cara es de
qué. Aprecio, tras unos segundos (la
vesina espera una respuesta, espera LA respuesta), que lo tiene ligeramente mojado.
PECOSA: - Lo tienes mojado, ¿no? ¿Que v...
- ¿que vienes de la playa?, quería decirle. No me deja acabar.
VECINA CATALANA: - ¡Pues claro que lo tengo mojado! ¡Vengo de la
pelu!
PECOSA: -
Aaah... - digo sin entender aún el mosqueo.
VECINA CATALANA: - ¿¿Cómo se atreven a dejarme el pelo así??
PECOSA: - ...No sé... - en ese momento me ilumino y recuerdo que siempre lleva el pelo como un payaso:
mismo color, misma forma, misma textura - ¿Por el poco volumen, dices?
VECINA CATALANA: -¡¡Claro, tía!! Hombre, vas, te dejas
una pasta y ya ves para qué, para que te dejen así. Que me he dejado
dieciocho euros, ¿¿eh?? -100% CATALANA - ¡¡Dieciocho euros!! Y a ver, yo sé que te cobran el acondicionador a parte, pero es que a mi me dijeron que valía doce, ¡doce! ¡¡Y me han cobrado dieciocho!! Hombre, es que ya está bien.
Yo pensaba:
coño, dieciocho por lavar, cortar y peinar, con acondicionador (ración doble por tener el pelo como el esparto) incluido no está mal, pedazo de rata.
Nos metemos en el ascensor:
PECOSA: -Ya... Yo por eso no voy a la
pelu...
VECINA RATA: -¡Bueno, yo también me lo suelo cortar en casa! Pero claro, el P**** -su compañero de piso- me ha dicho que estaba tan bien de precio, tan bien de precio... ¡Me cago en diez! ¡Dieciocho euros! ¡Y apenas me lo han cortado! ¡¡Vamos, que no vuelvo más!!
PECOSA (temiendo que viera que se me escapaba la risa): - Claro, claro...
Mientras cada una abre su puerta:
PECOSA: -Bueno, haz lo que hago yo las pocas veces que he ido a la
pelu,
lávate el pelo otra vez.
VECINA RATA: -¡
Ah, sí, sí! ¡¡ESO PIENSO HACER AHORA MISMO!! - sentencia.
Y cierra con un portazo.
Voy hacia la cocina riéndome. Mi cocina da a su baño. Mientras bebo agua oigo la ducha de la vecina:
VECINA RATA: - ¿¿Tú te crees?? ¿¿Dieciocho euros por esto??
COMPAÑERO DE LA VECINA (tono miedo ON): -Bueno, tampoco te lo han dejado tan mal...
VECINA RATA: -Mira, calla. ¡Calla que estoy que rabio! ¿¿Será posible?? Lo llego a saber y
blablabla...
COMPAÑERO DE LA VECINA: -...Voy al
Caprabo a por una
pizza -la deja cascando sola y se va.
Me
descojono. Pobre chaval, que es más bueno que el pan. Le debió caer la de dios.
Al rato estaba la vecina con el secador, dándole a saco al difusor, seguro.
Manda
cojones, la
vesina.