Oro

Ratman me preguntó ayer si me levantaría hoy a las seis de la mañana para ver la final de fútbol de las olimpiadas. Y me levanté... para acostarme en el sofá. Pero yo ya le dije que aunque estuviera durmiendo, mi corazón iba a estar animando a la selección argentina.

Y así, acostados los dos, yo durmiendo y él de lo más emocionado, empezó el partido. En algun momento hizo un "aaaaah!" que me hizo levantar la cabeza y preguntar, más dormida que depierta: "gol?" y me dijo: "no, casi", así que dejé caer la cabeza y me dormí al instante de nuevo.

Al rato (no sé cuánto) me susurró: "uno a cero para la Argentina, amor!", y yo "Messi?", y él "no, di Maria". "Otra vez este chico, qué grande" pensé, aunque el sueño no me dejó expresarlo en voz alta, y me volví a dormir.

Me despertó cuando finalizó. "2-0?" le pregunté, intentando aparentar más ánimo que sueño. "No, uno, uno... Vamos a la cama".


Ahora me fijaba en las noticias de las olimpiadas del Clarín, un diario argentino. Aparece la selección argentina con la bandera, las medallas, las caritas de alegría... Más abajo estaba una foto de Ronaldinho, con la de bronce y cara de besugo. Hala, guapo, ahora vete a Milán a deslumbrar a los 40.000 socios nuevos que ha generado tu compra, querido.

Felicidades a la albiceleste! Se lo merecían.