domingo, 26 de octubre de 2008

¡60 minutos de regalo!

Esta madrugada, nos hacían cambiar -como cada año- la hora: a las tres de la madrugada serían las dos. Lo que significa que teníamos todos una hora más de domingo para aprovecharla (o no) como cada uno creyera conveniente.

En mi caso, inicialmente iba a salir con Ratman por Barcelona de tapeo y a tomar unas cañitas; pero decidimos quedarnos en casa (ya que mi hermana pasaba la noche fuera y teníamos el piso para nosotros, que ya tocaba). Pillamos unas pizzas y unas empanadas en una pizzería argentina que hay cerca de casa, compramos una Coca-Cola para él y un vinito para mi y cenamos viendo el Barça. Tras dos copas de vino comprado en el paqui y dos caliqueños, ya ni me acordaba del cambio de hora ni de nada.

Hoy me he levantado a las once y media, pero ha sido al encender el ordenador que me he dado cuenta de la hora real: una hora menos. Cosa que ha modificado mi mañana notablemente:

  • He caído en que hoy daban la última carrera del mundial de motociclismo, el GP de Cheste. Así que he puesto la tele par ver la carrera de 125c.c., que casi nunca veo por estar durmiendo como una mona. Claro, como es una hora menos...
  • Me he preparado una cafetera (uno de los olores más ricos de este mundo es el del café recién hecho) y he desayunado tostadas con ajo y paté (mmmmm!!) que hacía siglos que no lo hacía. Claro, como es una hora menos...
  • Emmmmmm...

Bueno, básicamente ha sido eso: que he visto 125 y que he desayunado. No es gran cosa así a simple vista, pero teniendo en cuenta que no lo hago nunca... Pues hombre, se agradece. Que yo no sé si ahorrar energía se ahorra con esto del cambo de hora, pero a mi me ha venido de perlas esta horita de más.

6 comentarios:

oxalus dijo...

A mi me han servido para darme cuenta que eran las 17h en vez de las 18h cuando me he levantado de la cama.

Que tampoco está mal ...

Pecosa dijo...

¡Joder! Qué vida, ¿eh?

Anónimo dijo...

Dicen que los auténticos placeres de la vida están en las pequeñas cosas.

Mmmmh, pizza... ¡Grrrghghgh! Ricooo...

Pecosa dijo...

¡Jajajaja! Sí, muuuuuuuy rico, para qué mentirte...

Es cierto, al igual que las cosas improvisadas: muchas veces superan las planificadas.

Kiko dijo...

Pecosa eres una crack!! No me digas el por qué pero este post me ha encantado.

A ver cuando sacamos un hueco para charlar. Besotes.

Pecosa dijo...

¡Pues yo más contenta que unas castañuelas, Kiko! Me encanta que te haya encantado, chico. Para eso estamos, que no todo es poner a parir a la peña (que también) o mis días de histeria femenina (que también). De vez en cuando, cae alguna perla (?!).

¡A ver, a ver! ¡Que siempre nos pillamos por los pelos! Abrazote.