jueves, 23 de octubre de 2008

En pleno siglo XXI

Tanto "en el 2000 esto, en el 2000 lo otro" y ya estamos en el 2008 (casi 2009) y seguimos usando cosas como:


  • El paraguas: ¿existe cosa más inúltil? Es decir: si llueve poco, da más por saco el tener que cargar con él que, para lo poco que cae, mojarse. Si llueve y hace viento, el viento te lleva la lluvia a la cara y, encima, la ventisca te jode el paraguas. Y si llueve mucho, te mojas de cintura para abajo y encima te van cayendo en los hombros los gotarrones que bajan del paraguas a chorro. En los tres casos te acabas mojando sí o sí. Así que lo dicho: una gilipollez.
  • Las cartillas del banco: abres una cuenta y ¡pam! lo primero que te dan es la libreta. ¡Toma libretón! Una sábana, es eso. Y, digo yo, ¿alguien lo usa eso? ¿Alguien se acuerda de llevarla actualizada? Que a más de uno nos pasa el llevarla de vez en cuando (o sea, cada 6 meses) a ponerla al día y tal y como la expulsa el cajero (que queda exhausto) tener que entrar a la oficina a que nos den una nueva, ya que se ha agotado del tirón. Cartillas, ya ves tú.
  • Los faxes: una vez a un cliente (antes de tener el ordenador en la tienda, hace un año o así) le dije: "-Si quiere le paso el presupuesto por fax...". Me miró y me dijo, sorprendido: "-¡¿Por fax?!". Y con toda la razón, el hombre. Por fax. En un comercio de ese calibre. Me sentí neandertal total.
  • Las fundas nórdicas: ¿me pasa sólo a mí o meter el nórdico en su funda es lo peor del mundo? Acabo hecha polvo, oye. Primero, despliega el nórdico, y despliega la funda. Vale: buscas la puntita derecha del nórdico y la correpondiente de la funda y metes el nórdico dentro la funda hasta unir punta con punta. Luego igual con la otra punta, pero con cuidado de que la que ya tienes no se te descontrole. Luego alinearlo y hacer que la funda cubra toda la largura del nórdico (cosa que yo consigo echándome el nórdico por encima de la cabeza de manera que me cubra por delante y por detrás, y salto para que la funda caiga por su propio peso hasta cubrir la totalidad del nórdico). Lo vuelvo a echar a la cama y la hago. Y acabo hecha mierda, claro. Pues eso digo: que no es posible que en pleno siglo XXI nadie invente algo más cómodo y sencillo que toda esta parafernalia.

Uff, y tengo más cosas... Tengo más cosas, pero ahora no me vienen a la cabeza... Cosas de esas que uno piensa: "No es posible. No es posible que sigamos así... en pleno siglo XXI". Ya me vendrán, ya, que hay un montón.

En cambio hay cosas que me gusta que no hayan caído del todo en desuso:

  • Las bolsas de agua caliente
  • Las cafeteras de toda la vida
  • Las cazuelas de barro
  • Los candelabros y las velas
  • Las colchonetas de playa
  • Los calendarios de sobremesa

¡Ay...! ¡Qué no falten nunca esas cositas...!

12 comentarios:

chuikov dijo...

les vamos a tener que explicar a nuestros hijos qué eran las cabinas telefónicas

oxalus dijo...

· Las cucharas de palo (en referencia a las cazuelicas de barro)
· Las cerillas (me encanta cuando me enciendo un cigarro -las pocas veces que me fumo uno sin aliñar- y sabe a fósforo ... ... ... también el sabor a gasoil de los zippos, sí ...)
· ¡Los rastrillicos de coger pechinas! ¡¡Ja, ja, ja!! Con esa red de color marrón caquitaaaarr.
· ¿Calendarios? Yo no uso de eso. No me interesa saber en qué dia vivo, la verdad.

Y más:

· Las mantas de toda la vida. Esas que tienen el borde de tela (sí, sí, la que tenías en tu cunita y que tus padres aún conservan ...)
· Los ventiladores (ODIO el aire acondicionado ¬¬' ... ... ... de verdad, lo O-D-I-O)
· Los vinílos, claro.
· Y las entradas a los conciertos que no se compran en tictactickets, servicaixas, etc. Esas que vienen con el dibujo guay y con colorines, no las mierdas esas en amarillo y negro que te escupen de la máquina. ¡JODER, QUÉ RABIA!

En fin, estos listados (los malos y los buenos) podrían ser inacabables.

Pecosa dijo...

Pues, a este paso, sí, Chuikov. Yo cada vez veo menos por la calle... ¿Será que empiezan a sacarlas?

Pecosa dijo...

Qué rico sabe el tomate cuando lo pruebas de una cuchara de palo... mmmmmm...

Sí que es cierto que el sabor de un cigarrillo cambia si lo enciendes con una cerilla. Sabe más rico. Yo aún las uso en la cocina. Me chiflan. Y, aunque quede de lo más yonki, sí que tienes razón con lo del gasoil...

En cuanto a los rastrillicos... Ay, ahora no sé cuales me dices... Foto.

Yo es que los almanaques los uso para marcarme los días de las mestrus, cuando me toca cambiarme las lentillas y esas cosas (con la memoria que tengo, sin uno de estos ¡estoy perdida!)

Mantitas... mmmmm... Y si son a cuadros o rallas, aún mejor... (Mi madre no conserva nada, la tía lo tira todo).

¡Muerte al aire acondicionado, si señor!

Una clienta me dijo que escuchó que los vinilos resurgirian de nuevo. Esperemos que sí, son geniales.

Las entradas de Servicaixa, una mierda. Encima si te hace gracia guardarlas de recuerdo, con el tiempo se borra la tinta. Un asco.


Que sí, que hay para escribir un libro.

¡Gracias por tus aportaciones!

oxalus dijo...

¡Ja! Me ha costado encontrarlo, peeero aquí lo tienes

http://www.pescaynavega.com/images/11609.jpg

¡Salud!

Pecosa dijo...

¡Por Tutatis! ¿Eso es? ¡No lo había visto en mi vida! Yo cogía las pechinas a mano, como una pardilla, y resulta que había un rastrillo para eso y todo. Vaya invento...

¡Senkiu!

Anónimo dijo...

Yo siempre he dicho que prefiero empaparme bajo la lluvia a acarrear inútilmente con un paraguas.

Pecosa dijo...

Tal cual, Danielovich, tal cual.

vittt dijo...

el porrón.

Pecosa dijo...

¡Que no nos falte nunca un porrón! Algún día aprenderé a beber de él sin mancharme ni atragantarme.

vittt dijo...

no lo hagas. descubrirás que mancharse y atragantarse es la verdadera gracia del porrón. eso y la compañía.

Pecosa dijo...

Pues es verdad, oye. Lo que nos gusta hacer el burro con un porrón.