No dejéis que el título del post os engañe. No voy a hablar del espíritu que tiene la gente durante las vacaciones, ni de que hay que aprovechar el tiempo y desconectar ni rollos moralistas. Voy a hablar literalmente del Espíritu de las Vacaciones, porqué creo que existe, y se me ha manifestado.
La cuestión es que yo este año venía diciendo que no me sentía con necesidad de vacaciones, y que quizás esperaba para cogerlas después de agosto. La empresa decidió cerrar las dos semanas centrales de agosto con las consecuentes vacaciones obligadas para todos a las que, por supuesto, no he hecho ascos... Pero insisto, no sentía aquello que se suele decir de "ufff, necesito unas vacaciones ya". Y ahí fue cuando el Espíritu de las Vacaciones, viendo que un ser humano sentía que podía prescindir de él, entró en acción. De un día para el otro parece que el mundo se ha vuelto loco y llevo dos semanas de aúpa. El Espíritu de las Vacaciones ha actuado, provocando algún que otro caos (nada grave, pero caos al fin y al cabo) en mi ambiente laboral. Y así, cual Don Quijote de la Mancha, no me he dedicado a otra cosa que no sea desfacer entuertos y tomar tilas con azahar.
Has ganado, Espíritu, ¿querías que te deseara? Ya te deseo, te deseo como hacía años que no te deseaba. Y ahora me castigas haciendo que ésta sea una de las semanas más largas de las que he vivido últimamente. Ten compasión, aún me queda la semana que viene, no hagas que sea tan lenta como ésta... ¿Qué debo hacer para honrarte? ¿Mando una ofrenda floral a Marbella, destino vacacional? ¿O mejor sacrifico un pollo en tu honor en un altar improvisado en pleno Marina d'Or, ciudad de vacaciones?
¡Pide, Espíritu, pide! ¡Estoy dispuesta a cualquier cosa , pero haz pasar el tiempo!
2 comentarios:
Jajaja. Lo de Marina D'or ha estado bien. Lo mejor de la crisis es que ya no nos dan el coñazo con esos anuncios terribles y horteras protagonizados por Anne Igartiburu.
Cierto! Algo de bueno tenía que tener la crisis!
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