viernes, 25 de julio de 2008
Look urbano
Venía hacia casa de tomarme unos chacolís con una amiga (¿cómo es posible que tres deditos de nada la pongan a una tan contentilla?) cuando me he cruzado por la calle con un chico rapado por los costados y con una cresta entre punk y hippy (era de rastas) que le descansaba literalmente en la nariz. Es decir, las dos o tres rastas más cercanas a la frente, supongo que del peso, le reposaban sobre toda la longitud de su napia, ejerciendo ésta de cómodo (o más bien todo lo contrario, a mi parecer) aposento para su "flequillo". Eso quita ángulo de visión, ¿no? En realidad es como tener un tabiquito sobre la nariz, si miras hacia un lado tienes que además girar la cabeza para enfocar con los dos ojos, ya que sinó, con semejantes churros sobre el hocico, sólo ves con uno. ¿Es necesaria tal incomodidad visual a cambio de un peinado singular? ¿O uno simplemente se acostumbra, como esos perros cuyo flequillo apenas deja ver entre sus mechones?
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