martes, 14 de abril de 2009

La llave que se fue de Semana Santa y no quiso volver a trabajar

Partimos de la base de que dispongo de varias llaves del trabajo unidas por una arandela y atadas a un llavero. Como es habitual, vamos.


Bien. A partir de ahí, relato los hechos como lo haría en un interrogatorio policial con un foco iluminándome el careto:

Me levanto esta mañana, me visto, me tomo un café más cargado de lo normal (la vuelta al curro y esas cosas) y me dirijo al trabajo. Antes de ir hacia la tienda, paro en el bar de la esquina y me pido uno con leche para llevar. Cruzo la calle, abro el bolso, saco las llaves y busco la de la tienda en la que estoy ahora (Nota de la que Escribe: me han trasladado temporalmente a otra tienda en la que no tengo compañera). La llave no está. Miro dentro de la tienda, por si la dejé sobre la mesa. No la veo.

Vuelvo a mirar el manojo de llaves. Sigue sin estar.

Saco el manojo de llaves de casa. Miro a ver si está ahí (como si la llave pudiera ir de un llavero a otro...). Obviamente no está. Le quito la tapa al café, le hecho azúcar, lo remuevo y le doy tres sorbos seguidos. Vuelvo a revisar los dos manojos de llaves. Nada. Es ahí cuando me siento en el escaloncito de la puerta de la tienda y empiezo a vaciar el bolso. El obrero que contaba unos sacos de arena en la acera me miraba cada vez más anonadado.

Desisto. Llamo a mi encargada y acabo en casa de la madre de la dueña de la tienda (que daba un poco de miedo, dicho sea de paso) para que me dé una copia de la llave.

Logro entrar al comercio y reviso cajones varios. Ni rastro.

Llego a casa y busco y rebusco. Como diría aznar, cero patatero.


Siendo consciente de que lo que estoy contando puede resultar una gilipollez más grande que la copa de un pino y no interesar a nadie, juro que a mí me ha dejado perpleja para el resto del día. Con lo cual, como el hecho me supera considerablemente y mi raciocinio se ve abrumado por la situación, declaro el día de hoy como inexistente. Esta noche tendré mi nueva copia recién sacada del cerrajero, devolveré la que me han prestado, y mañana todo volverá a ser como antes.

Si Papuchi levantara la cabeza diría: raro, raro, raro...

8 comentarios:

Música dijo...

dia inexistente! jajaja, tu tipex es bien potente para borrarlo?
que sepas que cuando menos esperes te aparecerá la llave

Pecosa dijo...

Ufff... Mi tipex borra incluso más cosas de las que debería...

Seguro que aparece. Te aseguro que ese día me tiro de un puente. Este tipo de cosas tan tontas pero tan tocahuevos me desquician.

ulises dijo...

Lo de los tres sorbos de café sabiendo que no encontrabas la llave me lo tienes que explicar.
¿Es como pegarte un pellizco para despertar?
No seas tonta, no borres el día que luego no lo cobras.

El Zorrocloco dijo...

Eso ha sido un fallo en Matrix. Ahora tienes que tomarte una pastilla y perseguir un conejo blanco. No olvides poner cara de palo y llevar gafas de sol. ¡Buena suerte!

Unknown dijo...

Esto demuestra que las Leyes de Murphy, existen. Tienes que contrarestarla con otra Ley. Es la siguiente y dice algo así:
'Si has perdido algo y no aparece (llaves), busca otra cosa que hayas perdido con anterioridad (lo que sea), y la primera (llaves) aparecerá'.
Buena suerte.

Verificación de la palabra: forsa
que en italiano viene a decir, ¡Vamos!. (Esto a veces te lee la mente)

Pecosa dijo...

Ulises: aquél día tenía mucho sueño. Pensé que quizás un chute de cafeína me haría ver la llave...
Ah, no, no cobrar el día no. De eso nada. Vale, que el dia "reexista", pues.

Zorrocloco: ¿Valen las cápsulas de levadura de cerveza? Como no persiga una rata, una cucaracha o una paloma pordiosera, que de esas tres cosas en Barcelona hay muchas... Y lo de las gafas de sol, hace tres semanas las saqué de mi bolso partidas en dos (es lo que tiene llevarlas sin funda). Mal lo tengo, hijo. Lo de la cara de estúpida es más fácil.

Loco: ¿¿En seriooooo?? Qué fuerte. Buscaré un pendiente que me falta, a ver si aparece la llave y de paso la vergüenza, que también la perdí en su día.

vittt dijo...

tu caso tiene una explicación perfectamente científica: fantasmas.

Pecosa dijo...

...o duendes...