viernes, 15 de julio de 2011

Liberando toxinas

Una vez le dije a una psicóloga que odiaba las palomas de Barcelona, y me contestó que odiar era una palabra muy fuerte, que era mejor decir "no me gustan".

Bien. Hoy he leído algo en un artículo que hace referencia al éxito de la derecha en la primera vuelta electoral de la ciudad de Buenos Aires. "Hay que odiar. Hay que odiar a todos los que frustraron el país, lo entregaron, provocaron miseria y represión. Yo, todas las mañanas, me doy un baño, me tomo una taza de café caliente y después me siento en mi sillón y odio..."




El otro día quedé para tomar un café con mis ex-compañeras de trabajo (lo bueno de que todo dios esté en el paro es que tienes gente que pueda quedar contigo un martes por la mañana) y paramos en una cafetería que hay junto a la cadena Ser. Al rato salió una cámara que empezó a filmar una de las mesas de la terraza, a unos metros de la nuestra. No veíamos quién era, así que seguimos con lo nuestro. Al cabo de los minutos, Xavier Trias (el nuevo alcalde de Barcelona, el que se va a cargar la ciudad) pasaba por delante nuestro en dirección a la emisora de radio, donde seguramente lo iban a entrevistar. Se había estado tomando su cafelito en la terraza del Bracafé, supongo que para que la gente viera lo llano que era, lo cercano que era (no olvidemos que es "el alcalde de las personas", el cartel electoral con el chico hippy lo decía todo). Para no perder la costumbre en los últimos tiempos, me hirvió la sangre.

Ratman me dice a menudo: "Lo que tienen las crisis es que se aprende sobre muchas cosas. Se aprende sobre leyes, sobre economía, sobre política... y sobre uno mismo. Cuando te tocan la economía te lo tocan todo. Date cuenta, España era una mentira".



Así que, volviendo a lo de odiar, he decidido que voy a odiar un poco. Odiar a los que mandan y a los tontos que nos hemos dejado mandar sin rechistar, ya sea tanto a nivel colectivo como individual, tanto a nivel de Estado como de Empresa (Empresa con mayúscula porque lo que tiene poder, por muy empresa de mierda que sea, se debe escribir con mayúscula). Y odiarme un poco a mí en particular, por haber sido cobarde, o pasota, no sé, y no reclamar lo que era lícito. A día de hoy me habría dado una tranquilidad que no tengo, que no merezco sin duda.




Entre que he empezado a nadar y caminar todos los días (gracias, varices) y esto de odiar mogollón, voy a liberar toxinas que te cagas.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomi
Menudo debate se podría hacer con esto...
Creo que hay muchos tipos de odio, algunas veces se confunde con el desprecio por algo, te diría que como forma de saber que nos molesta el odio es un estupendo detector, y que como en todo el término medio es o mas prudente, porque de alguna manera es un despilfarro de sentimientos, sentimientos toxicos. Por otro lado me aterra que la sociedad se llene de odio colectivo, porque es que ni tan si quiera se puede focalizar, yo odio por ejemplo "Los Mercados" esos que hacen que el diferencial de la deuda de los pobres sea mayor, los que no sueltan la pasta porque no se fian,(quien no se fía no es de fiar) aunque eso suponga la ruina de familias, pero no se donde están, que cara tienen, quien es su maximo responsable, donde puede uno buscarlos para hincharlos a ostias, y eso me hace odiar indiscriminadamente. Imagina eso multiplicado por 40 millones de habitantes, entonces se podría llegar a decir que la teoria del caos se cumpliria con toda seguridad.
Que rabia no? Odio este mundo, pero no puedo vivir si él.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Ratman al 100%. La crisis nos hace aprender, de todo y de todos, pero sobre todo, de nosotros mismos. A veces pienso que nos habíamos acostumbrado a vivir tan bien, que nos volvimos insensibles y nos inundamos de pasotismo... A veces recuerdo cuando mi abuelo me recordaba que cómo se notaba que no habíamos pasado una guerra... No se refería al hecho de una guerra en sí (con todo lo que eso conlleva) más bien se indignaba cuando veía que nos habíamos asentado en la comodidad más absoluta y no movíamos un dedo, ni para bien ni para mal...

vittt dijo...

soy más de odiar los lunes; pero últimamente soy perfectamente capaz de enlazar lunes a punta pala, sea lunes o no.
los políticos son una cara a la que odiar, los banqueros, los directivos de multinacionales, los famosetes; aunque tengo la sensación que a los verdaderos odiables nunca les veremos la cara. llámalo teoría de la conspiración, paranoia, dipsomanía...

JuanRa Diablo dijo...

Es verdad. Y se ha contagiado ese "odio", que no es sino rabia extrema ante la impotencia.
Se ha ido descubriendo el pastel (por no decir la mierda) de lo que parecía una economía boyante y ahora queda esa desilusión, con noticias funestas todos los días

Yo me quedo con eso de no ser cobarde nunca más. Que la indiferencia ha hecho mucho daño. Ello ha hecho que la clase política se encontrara tan a gusto en su sistema tan bien montado.

Se me acaba de ocurrir que a este post (de este blog) le va muy bien este cartel. :D

Pecosa dijo...

¿Sabes, Tomi? Quizá ya viene siendo hora de un poco de caos, de un poco de jaleo, digo. Dile odio, dile desprecio, dile rabia. A mí me reavivaría que la gente fuera más visceral en ese apecto, sinceramente.

En este post se ha incluído la anécdota de Trías y lo de siempre, la crisis (no me cansaré de flipar); pero en realidad lo que quería era hacerme una crítica por no haber sido más lista y precavida en su día.


Sand, efectivamente. Con treinta años y seguimos aprendiendo. Cuando las cosas van bien, uno nunca piensa que puedan ir mal, y cuando van mal, nunca cree que vayan a ir peor. Supongo que es la maldición de los que lo hemos tenido todo. Más de uno iremos con más cuidado la próxima vez.


Vittt, debes estar más sano que una manzana, de tanto expulsar odio de tu cuerpo.
Yo pienso como tú (y sobria, oye), hay tanto cerdo escondido moviendo los hilos... Al hecho de que nos den por todos lados súmale los errores personales que se podrían haber evitado actuando de forma más inteligente. Pleno al quince.


JuanRa, pues a mí me parece que no se ha contagiado lo suficiente, mira lo que te digo.
Hoy en el metro he hojeado un periódico gratuito (creo que era el 20 minutos) y daban ganas de enmarcarlo. Todo eran noticias de mierda. No sé como no nos hemos comido a más de uno ya.

A ver si espabilamos. Una servidora la primera. (Y oye, ¡ese cartel le va al post como un guante! ;))

nexus. dijo...

IMPRESIONANTE esta entrada Pecosica amiga.
De verdad, detrás de tus líneas viscerales, hay unos cuantos conceptos muy interesantes . Pero, vayamos por partes:
Gran Reflexión la de Ratman (curioso nombre que sólo adoptaría un argentino), no puedo estar mas de acuerdo con él, sobre todo en como lo apostilla al final, ciertamente ESPAÑA ERA UNA GRAN MENTIRA y en cierto modo lo sigue siendo.
Odiar, estoy de acuerdo con tu psicologa, es un concepto muy fuerte, y no suele conducir a ningún desenlace positivo.

ODIAR, así, en mayusculas, sólo odia, en terminos generales, la derecha, no, no, es cierto. La izquierda tiene otra ética, se le exige otra ética, y ha dejado de odiar. Es mas fácil odiar cuando no se tienen argumentos para defender la propia postura, afortunadamente, la izquierda si los tiene.

Es bastante elocuente el parrafo del tipo que escribe sobre la derecha argentina, no hay que odiar, HAY QUE REACCIONAR,es mucho mas eficaz.

En fin, me ha gustado mucho como has exclamado al viento la necesidad de, aunque sea odiar, expresar tu descontento.

Lo del alcalde...en fin que te voy a contar, "soc valenciá t'en recordes?" aqui si que tenemos alcaldes (y alcaldesas, sobre todo alcaldesas) que se ciscan en los ciudadanos cada día...ya sabes lo "Del Camps", los juzgados de Valencia se parecen al Madrid, tienen los banquillos llenos de figuras...ja, ja, ja.

En fin, ya me he extendido demasiado, por cierto, porque no le montas una sección, digamos semanal, a Ratman aqui en la parra?, creo que serría muy interesante.

Un beso.
Saalud y República!!
Nexus.

ulises dijo...

"Odi et amo" Catulo dixit. Es la esencia de la vida. No dejes nunca de odiar y amar.
Lo que dice Ratman es muy cierto. Estos últimos años lo que nos han enseñado es que todo este sistema económico que nos rodea es mentira y los que lo gestionan una cuadrilla de mentirosos.

juanjo dijo...

Me parecen muy bien tus odios y creo que odiar es muy importante....casi,casi,tanto como amar.Ademas es mejor tenere la valentia de reconocer nuestro odio que no acomodarse en la tibieza del "me da igual"...eso si que lo odio
Por cierto....no me extraña que odies a las palomas....son uno de los animales mas asquerosos y cabrones que existen....aun me pregunto porque se utilizaron como simbolo de la paz
Espero que no me odies a mi
Besos

ulises dijo...

Juanjo, he visto un documental sobre las palomas que te haría cambiar de opinión.

Cristina dijo...

Tengo dos cosas minimo en comun contigo , que tengo muchas pecas (lo que pasa es que a mi edad ya no quedan tan resultonas) y que yo tambien libero toxinas odiando lo mismo ....
¡Que tranquilidad saber que odiar es bueno !

Pecosa dijo...

Nexus, yo no hablo de ODIAR en mayúsculas, porque eso es odiar mucho. Pero odiar en minúsculas creo que a veces es lo que nos hace reaccionar. Además creo que precisamente es eso lo que diferencia al ODIO del odio: el ODIO no defiende argumentos, no está formado en base a un raciocinio, es algo puramente visceral. Y si bien el odio tiene algo de visceral, porque todos los sentimientos lo tienen, sí creo que puede tener su fundamento en algo. En algo que nos ha hecho daño, demasiado daño.
Yo no soy una persona rencorosa, Nexus. En la vida me han hecho daño, como a todos. Pero no soy de ese tipo de personas que no podrían volver a mirar a la cara a un ex, por ejemplo, porque le hizo daño en su día. Quizá porque ese daño no me ha condicionado mi forma de vida, lo he superado, he seguido adelante y punto.
Pero cuando ese daño te impide vivir, cuando eso te anula como persona en algún aspecto, a mí me despierta odio. Quizá dependerá de como me haya levantado ese día, pero te puedo asegurar que cuando me pasó el señor alcalde por delante de las narices me dieron ganas de pegarle. Acaban de tomar el Ayuntamiento y la Generalitat y ya están haciendo desastres. Salimos de guatemala para meternos en guatepeor. (Ya sé que no llegamos al nivel de los valencianos, evidentemente. España ya tiene suficiente con lo que tiene, y con lo que no sabemos).

En fin, que me caliento y me enrollo. Que en mi opinión odiar (siempre sin llegar a un límite, siempre con cierta mesura) a veces es lo que hace reaccionar. Pero evidentemente toda opinión es respetable.
Bueno, hala, ya te he metido la parrafada.

¿A qué te refieres con sección Ratman? (Por cierto, ese nombre podría tenerlo un catalán, también, que ya sabes que somos de la virgen del puño) ¿Una sección en plan "frases célebres", o algo así?

Un abrazo, y disculpa la extensión en la respuesta.


Ulises, Catulo tiene toda la razón del mundo.
Y sí, este sistema lo gestionan una cuadrilla de mentirosos y de amiguetes, porque al final España la gobiernan los cuatro magnates, más que el propio gobierno. Y ahora encima súmale el Euro y todo lo que implica tener que seguir el ritmo de los colegas continentales. Con lo bien que estábamos a nuestro aire.


Juanjo, exacto, la gente con horchata en las venas a mí también me saca de quicio. "Yo no sé de política", "yo paso de todo"... Yo tampoco sé una mierda de política, pero sé lo que no quiero y lo que no me gusta, oye.

Yo ya de por sí no soy mucho de pájaros, pero es que las palomas de ciudad me parecen repugnantes.


Ulises, ¿qué documental es ese?


Cristina, bienvenida, tocaya. Ah, no, que eso es cuando dos personas tienen el mismo nombre, y yo no me llamo Cristina. ¿Como se dice cuando dos personas tienen pecas? ¿Pecaya? Bueno, eso, bienvenida.
Yo no sé si debe ser bueno o no, todo lo que aquí expongo o lo que dice el artículo, no dejan de ser opiniones. Quizá habría que preguntarle a algún científico que estudie el impacto de los sentimientos en el cerebro y esas cosas. Pero vamos, que si a uno le sienta bien, pues perfecto, oye.

nexus. dijo...

Estupenda réplica Pecosica amiga, lo importane no es la extensión sino la calidad de la respuesta.
Si, has puntualizado muy bien una diferencia cualitativa sobre el ODIO y el odio, lo eniendo, si, podemos esar de acuerdo. Vaaale.

Ese alcalde no le llega ni a la altura de la faja a la alcaldesa Rita, no hay color, hasa en el infierno hay grados, si no fijate en el de Dante. Lo de rita es massa, peró massa massa...

La sección de Ratman, podría ser muy interesante si el mismo Ratman se expresase a su antojo, ja, ja, ja... sus sentencios son buenas.
En fin, agradezco tu cumplida réplica.
Un abrzo.
Salud y República!!
Nexus.

Unknown dijo...

+1 a Ratman (y ya he dicho todo).

Bueno, que un poco gilipollas si hemos sido por estar viviendo en un país de jauja.

Pecosa dijo...

Nexus, jajaj, de acuerdo entonces.

Nuestro alcalde de momento no es tan malo (aunque es "de los malos") como la vuestra . Y es que vuestra Rita es mucha Rita, chico...

Y a Ratman ya le he dicho más de una vez que se abra un blog, pero no le va mucho el rollo este...


Loco, +1 a lo que has dicho tú. A ver si aprendemos, coño.